Se las prometía muy felices el Real Madrid. Todos estaban más pendientes del regreso de Ruud Van Nistelrooy a la casa blanca y del posible cruce de cuartos ante el Barcelona. Y a punto estuvieron de llevarse un susto. Pero que muy a punto. Al final, diez minutos de escándalo, comandados por un genial Benzema –desde hace meses ya, el futbolista más entonado de este equipo- salvaron la papeleta, dejando una eliminatoria abierta para el partido de vuelta.
Comenzó mejor el Málaga. Lejos de asustarse por el impresionante ambiente del Bernabéu –lleno absoluto- los de Pellegrini, que llegaba dispuesto a dar un disgusto a su exequipo, se encontraron mucho más cómodos sobre el césped, y pronto se adelantaron en el marcador. Fue tras un saque de esquina en el que Sergio Sánchez se elevó por encima del resto y conectó un magnífico cabezazo ante el que nada pudo hacer Casillas.
Trató de reaccionar el Madrid, pero no era su noche. Los errores y las imprecisiones se sucedían, y era el Málaga quien creaba peligro. Así, poco antes de la media hora, llegaba el segundo. Nuevamente un saque de esquina desde el lado izquierdo, y ahora pájara mental de la zaga madridista. Pepe se duerme en la marca, Ronaldo no llega al balón, Casillas sale a por Dios sabe qué, y por ahí aparece Demichelis, completamente solo, para empujar con la testa a puerta vacía.
Increíble, el Málaga se imponía por dos tantos en el Bernabéu y, peor aún, estaba siendo superior al Real Madrid. Así se llegó al descanso, con los blancos sin capacidad de reacción. Algo había que hacer. Y lo hizo Mourinho.
Con Benzema todo es más fácil
El técnico portugués, muy enfadado y muy caliente durante todo el encuentro, decidió 'limpiar'- como dijo después Higuaín- lo que se había hecho hasta el momento, y realizó tres cambios de golpe en el túnel de vestuario. Özil, Khedira y Benzema sustituyeron a unos desafortunados Callejón, Kaká y Arbeloa. Y claro, con el francés en el campo, todo es mucho más fácil.
El Real Madrid comenzó a llegar con más claridad. Las ocasiones, por fin, aparecían, aunque los centrales malacitanos y, cuando no, Willy Caballero, se estaban mostrando intratables. Incluso, el Málaga asustó con alguna contra. Pero todo se disipó en apenas diez minutos. Como si de una premonición se tratara, el Bernabéu ovacionó a Van Nistelrooy, y ahí comenzó todo.
Porque muy poco después, en el 68, Khedira, en una jugada de fuerza y pundonor, recortó distancias. Y sólo un minuto más, en el único error del rival hasta el momento, Higuaín aprovechó un regalo de Sergio Sánchez, que no vio que el argentino se encontraba detrás a la hora de cederle un balón a su portero, y estableció la igualada.
Con la afición crecida y el equipo volcado, los de Mourinho siguieron acosando a su rival. Y fue entonces cuando volvió a agrandarse la figura de Benzema. El francés había dado la pausa y el toque necesario al ataque blanco desde su entrada. Y terminó apareciendo cuando su equipo lo necesitó: para marcar el 3-2 definitivo, después de una magnífica asistencia de Higuaín. Porque Karim sí aparece cuando el Madrid le necesita.
A partir de ahí los de Mourinho continuaron con su embestida, pero con más calma. Era importante lograr un cuarto tanto que diera tranquilidad, pero mucho más no desaprovechar la remontada y llegar a Málaga con ventaja en la eliminatoria. Y eso es lo que logró el Real Madrid. Qué bonito va a ser el partido de vuelta...
Ficha técnica
Real Madrid, 3: Casillas; Arbeloa, Raúl Albiol, Pepe, Marcelo; Lass, Xabi Alonso; Callejón, Kaká, Cristiano Ronaldo; e Higuaín
Málaga, 2: Caballero; Gámez, Demichelis, Mathijsen, Monreal; Cazorla (Buonanotte, m.79), Toulalan, Apoño, Isco; Seba Fernández y Van Nistelrooy (Rondón, m.60)
Goles: 0-1, m.19: Sergio Sánchez; 0-2, m.29: Demichelis; 1-2, m.68: Khedira; 2-2, m.69: Higuaín; 3-2, m.77: Benzema
Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cantabro). Amonestó a Arbeloa (m.27), Higuaín (m.27) y Pepe (m.75) por el Real Madrid, y a Sergio Sánchez (m.57), Toulalan (m.77) y Monreal (m.80) por el Málaga. Expulsó a Rui Faría, ayudante de Mourinho
Incidencias: partido de ida de los octavos de final de Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, lleno, ante la presencia de 83.500 espectadores