La liga española y la italiana hacen una pausa de casi tres semanas: hasta el 7 de enero. El campeonato francés regresa una semana más tarde. La Bundesliga alemana hace un parón de un mes y la liga rusa supera a todos: se detiene el 27 de noviembre y no se vuelve a saber más hasta principios de marzo, un total de tres meses de vacaciones.
La única excepción en Europa son las ligas británicas: Inglaterra y Escocia. Cuando todo el mundo se toma un respiro, estos países no sólo no lo hacen sino que siguen jugando incuso más que durante el año. Además de los partidos del fin de semana regular, también juegan el 26 de diciembre –conocido como el Boxing Day, día de fiesta nacional–, el último día del 2011 y en Año Nuevo. Esto significa que un equipo juega cuatro partidos en nueve días, una cifra brutal para equipos que normalmente juegan dos partidos, como mucho, a la semana.
Esto no es más que otro caso en el que los británicos hacen las cosas diferente del resto de Europa, como conducir por el lado izquierdo de la carretera. Esta es una tradición en toda regla que tiene un sentido económico. Con los niños sin colegio y los trabajadores de vacaciones, hay una audiencia que espera ser entretenida.
Luego, está la teoría socio-económica que indica que atiborrarse a ver fútbol después de haber festejado con una buena cena la Navidad, es parte de un plan maestro para el control social. La razón por la cuál la mayoría de los partidos en Inglaterra y Escocia comienzan a las 15:00 horas el sábado se remonta a la 'La Ley de Fábricas', que fue aprobada por el Parlamento británico en 1850. Se codificó la semana laboral de 60 horas y se estipuló que todas las fábricas, minas y empresas tienen que cerrar a las 14:00 horas del sábado. Ante la perspectiva de millones de trabajadores caminando por las calles sin nada que hacer, una distracción siempre es bienvenida. Que el comienzo de los partidos sea a las 15:00 horas da tiempo suficiente para que los aficionados se laven la cara y salgan hacia el estadio.
Según The Wall Street Journal, en lugar de seguir comiendo los restos del día antes y seguir bebiendo durante todo el día de Navidad, los hombres prefieren ir al estadio con sus hijos y apoyar a su equipo. La misma lógica se aplica al 31 de diciembre y al 1 de enero: un partido de fútbol desacelera el consumo en Año Nuevo, o bien, cura la resaca. Si bien es una idea atractiva, la razón real es probablemente mucho más simple. Es la misma razón por la cuál la NFL también lo hace durante la Nochebuena y la NBA en el día de Navidad: el dinero.
La gran cantidad de millones sentados en el sofá de su casa se transforman en un público perfecto para la televisión. Para aquellos que quieren salir de su casa, lejos de la suegra y la familia política, un partido de fútbol es la salvación. La Premier entiende esto mejor que nadie y ha programado partidos en ocho de los diez días entre el 26 de diciembre y el 4 de enero. Pero hay otra ventaja en esta era de globalización del fútbol. La Premier es la más popular en el mundo y, en esta época del año, todos los aficionados de los otros países europeos no tienen otro lugar para conseguir su dosis de fútbol. Es el momento que tiene la Premier para brillar.
¿Qué desventaja tiene este gran espectáculo para los ingleses? Los seleccionadores de Inglaterra, sobre todo Sven Goran Eriksson, quien estuvo a cargo de la selección inglesa desde el 2000 hasta el 2006, se han quejado ya que dicen que jugar tanto perjudica al equipo nacional. Cuando llegan los torneos importantes, como la Copa del Mundo o la Eurocopa, los jugadores ingleses están agotados y no desempeñan bien su papel. Eriksson señaló que todos los países que han ganado un torneo importante desde 1966, precisamente, la última vez que Inglaterra ganó algo, ha tenido el beneficio de un descanso en Navidades. Alemania tiene tradicionalmente la pausa invernal más larga entre los países europeos más importantes y su rendimiento en los torneos finales ha sido siempre sobresaliente.
La falta de unas vacaciones durante el invierno no sólo explica el bajo rendimiento de Inglaterra, sino que también afecta a los jugadores extranjeros que juegan en la Premier. Y, sin embargo, hay otra lectura: la falta de un descanso en invierno no parece perjudicar a los clubes ingleses en las competiciones europeas como la Champions o Europa Liga. De hecho, han estado siempre en las fases finales de los torneos. A menos que alguien piense que un jugador que está bien en mayo pueda sucumbir a la fatiga un mes más tarde, es difícil culpar a las vacaciones de invierno.
Si bien tiene sentido económico y satisface a mucha gente, no se espera que otras grandes ligas de Europa emulen a Inglaterra. La idea de unas vacaciones de invierno está muy arraigada no sólo para los jugadores, sino también para los árbitros, medios de comunicación, funcionarios de la liga y aficionados. Y esto, una vez más, deja a los ingleses acaparando protagonismo en el mundo del fútbol.
Inglaterra y Escocia, la cuna del fútbol en Navidad
Cada diciembre, las ligas europeas siguen un ritual. Juegan sus últimos partidos el fin de semana antes de Navidad y luego todos se van de vacaciones.
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