En la ronda de dieciseisavos de final se pudo comprobar un hecho hasta ahora inédito en la Copa del Rey. Más allá de los equipos pequeños, de Segunda o Segunda B, que buscaban su noche de gloria y poder hacer caja en una nueva ronda, los medianos de nuestra Liga parecían preferir quedar eliminados antes que superar la eliminatoria.
Hasta hace nada, cualquier equipo se veía capacitado para conquistar el título –de ahí que conjuntos como Mallorca, Zaragoza, Betis, Deportivo o Espanyol lo hayan logrado en la última década–, pero ahora las cosas han cambiado. El Barcelona y el Real Madrid se toman mucho más en serio el campeonato y, ante la inmensa distancia que tienen respecto al resto de equipos, ninguno se ve con opciones de eliminar a uno de los dos grandes.
Eso, unido a la estrechez de un calendario muy, muy exigente, y a que prácticamente cualquier club se ve amenazado con la posibilidad del descenso, hizo que el grueso de equipos no desplegara lo mejor en la ronda de dieciseisavos. Si bien no puede decirse que querían tirar la Copa, sí es cierto que a la mayoría de ellos no le hubiera importado lo más mínimo quedar eliminado.
Ahora bien, el sorteo de este viernes ha sido benevolente con los que alcanzaron los octavos de final. Marcado ya el camino hasta la final, vemos cómo Real Madrid y Barcelona se enfrentarían en unos hipotéticos cuartos, imposibilitando así la final del año pasado. Eso significa, claro está, que en la final sólo podrá estar el Madrid o el Barça.
Pero es que además por ese lado del cuadro van Valencia, Sevilla y Málaga, los claros favoritos, junto a un Athletic de Bilbao que figura en la otra parte, a tomar la alternativa en caso de que los dos grandes fallaran, algo que, no obstante, se antoja complicado.
Con todo, el gran favorecido del sorteo ha sido el Athletic. Los de Marcelo Bielsa, que este año tienen un potencial tremendo pese a que se están mostrando muy irregulares, tendrían un terreno bastante llano hasta una eventual final. El Albacete, en octavos, y el Mallorca o la Real Sociedad, en cuartos, parecen eliminatorias que el conjunto vasco debería superar. Y en semifinales, el Córdoba, el Mirandés, el Racing de Santander o, lo más probable, el Espanyol.
Esto implica además que, como reza el titular, varios equipos medianos se vean capacitados, este año sí, de llegar hasta la final. Hablamos del Espanyol, el Racing, el Mallorca o la Real Sociedad. A poco que a uno de ellos le salgan bien las cosas, y siempre salvando al Athletic, se habrá colado en la final. Y entonces cualquier cosa puede pasar...
