"En Los Ángeles se puede hacer de todo. Si te gusta el baloncesto, puedes ir a ver a los Lakers. Y si no te gusta, puedes ir a ver a los Clippers". Esa frase fue pronunciada por Pat Riley a finales de los ochenta y, más allá de lo pretencioso de la misma, no le faltaba razón. La diferencia que ha existido siempre entre las dos franquicias de la ciudad ha sido abismal, hasta el punto de que los de oro y púrpura se mofaran siempre de sus vecinos pobres.
Pero esta historia podría por fin cambiar. Este año, los Clippers están armando un gran conjunto. La llegada de Chris Paul, uno de los jugadores más deseados de toda la liga, junto a las de Caron Butler o Chauncey Billups, permite a los pequeños de Los Ángeles formar una de las parejas más temibles de la NBA: CP3 y Blake Griffin. Además, la más que probable continuidad de DeAndre Jordan completará lo que puede resultar un quinteto muy potente.
Paradójicamente, los Clippers le arrebataron a Paul de las manos a los Lakers, en lo que puede ser el reflejo del cambio en la ciudad. El equipo de Gasol se quedó sin ninguno de sus dos elegidos, ni el base de Carolina del Norte ni Dwight Howard. Además, han perdido a Lamar Odom –y Shannon Brawn, rumbo a los Suns– por el camino, y han visto cómo el de Sant Boi se quedaba en el equipo contra su voluntad, con lo que eso puede suponer en la moral del jugador, que necesitará muchos gestos como el del apoyo de su afición para volver a exhibir su mejor nivel.
Así está el mercado
Si bien el de Chris Paul ha sido el movimiento más sonado de lo que va de mercado, no ha sido, ni mucho menos, el único. De hecho, uno de nuestros hombres, Rudy Fernández, fue otro de los protagonistas.
El mallorquín, hasta hace días jugador del Real Madrid, regresó a Estados Unidos para comenzar a entrenar con los Mavericks, con los que se comprometió el pasado verano. Sin embargo, no llegó a compartir ni un minuto con los Nowitzki y compañía; antes de ello, fue traspasado a los Denver Nuggets junto a Corey Brewer.
Precisamente, el último campeón de la NBA ha sido uno de los más activos en los últimos días. Además de estos dos movimientos, han llegado a la franquicia Lamar Odom, Delonte West, Vince Carter y Jamal Crawford, mientras que han salido Caron Butler (precisamente a los Clippers), José Juan Barea (que será compañero de Ricky Rubio en Minnesota) y Tyson Chandler.
La salida del pívot rumbo a los Knicks ha sido otro de los grandes culebrones desde que se anunciara el fin del lockout. Pretendido por la mayoría de equipos, prefirió marcharse a Nueva York, donde formará junto a Amar'e Stoudemire y Carmelo Anthony uno de los juegos interiores más temibles de la NBA.
Otro de nuestros españoles también fue protagonista en los últimos días. Marc Gasol, cerca de convertirse en agente libre, recibió una oferta estratosférica de los Houston Rockets. Finalmente, los Grizzlies –que tienen muy buena pinta para esta año- acabaron convenciéndole para que continuara en Memphis, a razón de 11 millones por temporada.
Otros movimientos sonados fueron los de Gilbert Arenas y Richard Hamilton a los Bulls, Kwame Brown a los Warriors o Travis Outlaw a los Kings.
La nota triste la puso el excompañero de Rudy en los Blazers Brandon Roy, una de las grandes estrellas del equipo, que tuvo que anunciar su retirada por los problemas crónicos en sus rodillas.
Un mercado muy movido que, sin duda, promete mucho más en las próximas fechas. Aún queda por conocer el final del 'culebrón Howard', y varios equipos con potencial, como los Nets, amenazan con hacer saltar de nuevo el mercado de un momento a otro...