El Atlético de Madrid sigue sin ganar en el campeonato liguero lejos del Calderón y, lo que es más preocupante, da síntomas de equipo en descomposición. El partido ante el Espanyol fue indigno de un club con la historia y, sobre todo, con los jugadores que posee el Atlético de Madrid.
En el día después de la derrota en Cornellà –el segundo ridículo de la semana tras el de Copa del Rey en el Carlos Belmonte-, Gregorio Manzano sigue siendo entrenador del Atlético. El técnico jiennense ya no podía justificar la imagen del equipo y se vio a un entrenador sin respuestas sobre el césped.
Tras el bochornoso espectáculo de Barcelona, Clemente Villaverde, gerente del Atlético, fue el encargado de dar la cara en Canal Plus. Villaverde no quiso personificar en la figura del entrenador y aseguró que no "es cuestión de decir si Manzano va a seguir o no".
Miguel Ángel Gil Marín se ha incorporado en el día de hoy a la actividad del Atlético después de los problemas de salud que ha sufrido en los últimos días. La principal decisión que tendrá que tomar es si permitir que Manzano siga sentándose en el banquillo del Calderón cuando ya nadie confía en poder sacar la nave a flote.
El próximo partido del Atlético es el jueves en el Vicente Calderón ante el Rennes en la Europa League. Pese a que el equipo ya está clasificado, nadie duda de que la afición no mostrará ningún apoyo a Manzano, al que ya le han cantado en varias ocasiones "Luis Aragonés".
El despido de Gregorio Manzano saldría demasiado caro para un club con una situación financiera muy precaria. Los posibles sustitutos que más gustan a la afición son el propio Luis Aragonés y el Cholo Simeone. También suena, aunque es menos plausible, Rafa Benítez. En las próximas horas el club, que ahora guarda silencia, tendrá que dar explicaciones de la decisión que tome porque, si algo queda claro, es que se necesita un cambio de timón.