Mourinho, de calentar el clásico a rebajar la tensión
El entrenador del Real Madrid ha experimentado una metamorfosis en su forma de comunicarse en la última temporada.
A cinco días para el clásico, en el Real Madrid se viven días de optimismo tras sumar en Gijón una nueva victoria que mantiene a raya al Barcelona en la clasificación. Los jugadores del Real Madrid han recibido la consigna de no hablar del partido hasta después del intrascendente partido del miércoles, ante el Ajax en la Champions.
Mientras los futbolistas guardan silencio, el entrenador del Real Madrid ha rebajado ostensiblemente el tono. José Mourinho ya casi no habla del Barcelona. Sus ruedas de prensa son una balsa de aceite y lleva tiempo sin crearse enemigos. El ejemplo más patente lo dio en El Molinón, donde se despidió con dos besos de Manuel Preciado, con quien mantuvo un agrio rifirrafe la temporada pasada.
Sin embargo, en las altas instancias del club hay cierto mosqueo por las últimas decisiones del Comité de Competición y del arbitraje.
Alves y Piqué, señalados
Pese que Mourinho ha rebajado el tono considerablemente respecto al año pasado -ya no expresa públicamente sus quejas y no ha habido una palabra sobre el Barcelona-, en los despachos sí se consideran ninguneados por lo que creen un doble rasero a la hora de aplicar las reglas.
Dani Alves y Gerard Piqué se podrían haber perdido el clásico. Sobre todo, se quejan de la actuación, de nuevo, de Pérez Lasa. El colegiado vasco no escribió en el acta las posibles sospechas de Piqué hubiera forzado la quinta amarilla. El Reglamento se cambió esta temporada para evitar casos como el de Ámsterdam con el Real Madrid, pero cuando lo hace el Barcelona las leyes se amoldan. Ese es al menos el sentimiento del club de Chamartín, según revela el diario As.
Otro punto en el que se ven perjudicados es en la posible agresión de Dani Alves a Asier Del Horno en el encuentro del pasado sábado. La acción es mucho más dudosa porque hay un forcejeo entre ambos jugadores, pero hay quien cree ver una agresión del brasileño al lateral del Levante, que podría haber supuesto la roja para Alves.
La metamorfosis de Mourinho
Aunque el Real Madrid filtre este tipo de disconformidades a la prensa, lo cierto es que ha habido un cambio en la política de comunicación y en la estrategia de Mourinho. La temporada pasada, el técnico envalentonaba a sus futbolistas con arengas contra el Barcelona en las ruedas de prensa que motivaban más al eterno rival que a sus propios futbolistas.
Quizá porque aún faltan cinco días la tensión está mucho más rebajada. Cunden los elogios y piropos a los rivales. No hay malas palabras. Mourinho se besa con Preciado y desea lo mejor a Tito Vilanova, que puede reaparecer en el Bernabéu. Casillas y Xavi firman la paz. Guardiola y Cesc ven al Madrid como un equipo fortísimo. Parece que algo ha cambiado, pero eso lo veremos el próximo sábado a partir de las diez de la noche.
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