Rafael Nadal se ha despedido de la Copa Masters después de caer ante Jo-Wilfried Tsonga en un choque en el que el mallorquín siempre fue a remolque, como le ha sucedido durante todo el campeonato, y en el que acabó cediendo ante el empuje del francés, muy seguro con su servicio e infranqueable en sus múltiples subidas a la red, que fueron todo un quebradero de cabeza para el español.
El inicio del encuentro fue muy igualado. Ninguno de los dos, quizá fruto de los nervios, era capaz de asentarse sobre la pista, si bien es cierto que Nadal siempre tuvo que remar contracorriente. El mallorquín tenía muchos problemas con su servicio, sobre todo con el segundo, que cada vez que aparecía era en forma de regalo para su rival. Tsonga, en cambio, ganaba su saque con comodidad, y en ningún momento se vio comprometido.
Con mucho sufrimiento Nadal llevó el partido hasta el tie-break, momento en el que demostró que no ha llegado a Londres en las mejores condiciones. Porque ahí es cuando se suele crecer el de Manacor, y ahí ha sido donde se ha venido abajo para acabar cediendo con un contundente 7-2.
En la segunda manga todo seguía por los mismos derroteros, cada uno manteniendo su saque. Pero hubo un aspecto que sí cambió. Poco a poco Nadal fue mejorando en sensaciones, ganando con mayor fiabilidad su servicio, y apretando de cada vez más al francés. Justo cuando todo hacía pensar que se volvería a ir a la muerte súbita apareció el guerrero de Manacor, el que pelea hasta la extenuación y desespera a su rival, y con el 5-4 en la pista logró el primer break del partido.
Parecía que por fin Nadal se encontraba consigo mismo. Pero nada más lejos de la realidad. A la primeras de cambio volvió a perder su servicio, y Tsonga no lo desaprovechó. Sus subidas a la red supusieron un problema insalvable para Rafa, que nunca fue capaz de sacar a relucir sus increíbles passings. 27 puntos de red hizo el francés, por 3 del mallorquín. Con esa estadística queda todo dicho.
Con todo, el mallorquín se marcha a casa después de pasar por Londres con más pena que gloria. Ahora tocará centrarse en la final de la Copa Davis, que se disputa la semana que viene y que a buen seguro querrá aprovechar para poner un broche de oro a la temporada. Pero antes, queda Ferrer, que ya está en las semifinales de esta Copa Masters con el que está siendo, sin duda, el mejor tenis de la competición hasta el momento. Que siga así.