Otro examen difícil que ha aprobado, y con nota, el Barcelona, que ha ganado al Milan (2-3) para sellar matemáticamente el pase a octavos de final de la Liga de Campeones como primero del grupo H. Los culés, que acudían a San Siro con la baja de Andrés Iniesta, han dado un golpe sobre la mesa, demostrando que este año también son serios candidatos a revalidar el cetro europeo conquistado el pasado mayo en Wembley.
Además de Iniesta, Pep Guardiola tampoco pudo tener junto a él en el banquillo a su ayudante, Tito Vilanova, que horas antes era intervenido de la glándula parótida. Un serio contratiempo para el técnico de Sampedor, que tampoco podrá contar con su mano derecha dentro de dos semanas y media en el clásico del Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. Los jugadores quisieron homenajear a su segundo entrenador mostrando unas camisetas de apoyo, pero la UEFA, siempre tan estricta, se lo impidió.
Guardiola volvió a sorprender en San Siro al alinear de inicio a Busquets y Mascherano en el centro de una defensa de cuatro, con Puyol en el lateral derecho y Abidal en el izquierdo. Piqué, mientras tanto, en el banquillo. Xavi, en la sala de máquinas, estuvo flanqueado en el centro del campo por Thiago y Keita, mientras que Cesc Fábregas, Leo Messi y Villa formaron el tridente ofensivo. De nuevo el asturiano volvía al once titular con la intención de reivindicarse, aunque tampoco fue su noche. Enfrente, Massimiliano Allegri confió la responsabilidad atacante a Robinho y Zlatan Ibrahimovic. El sueco volvía a reencontrarse con el "filósofo" Guardiola y sus excompañeros "colegiales". Todo transcurrió con normalidad después de que el propio Ibra se hubiera encargado de apagar un incendio que él mismo provocó.
El Barcelona no empezó cómodo porque era el Milan el que tenía la pelota, aunque supo ponerse las pilas a tiempo y, en su primera aproximación con peligro a la portería de Abbiati, se colocaba por delante en el marcador. Corría el minuto 13 cuando Keita protagonizó una buena internada por la izquierda y poner el balón al segundo palo, por donde apareció Xavi para, con la colaboración de otro exazulgrana como Van Bommel, establecer el 0-1. El árbitro alemán Wolfgang Stark, famoso por su polémico arbitraje en la ida de la semifinal Madrid-Barça de la pasada temporada, dio validez al tanto pese a que el de Tarrasa estaba en claro fuera de juego.
No perdió la compostura el equipo rossonero, tercero en la Liga italiana, y, después de una clamorosa ocasión fallada por Robinho, al mandar a las nubes un balón en la misma raya de gol, logró el empate por medio de Ibrahimovic, que celebró efusivamente el tanto a su exequipo. El sueco se presentó en el área tras un gran pase en profundidad de Clarence Seedorf y, con un toque sutil de primeras, batió a Valdés en el mano a mano. El partido se convirtió en un correcalles, con oportunidades para uno y otro conjunto. Tuvo una ocasión clarísima Messi en la siguiente acción, pero estrelló el cuero en el travesaño.
A la media hora se produjo la otra gran polémica del encuentro al señalar Stark penalti por un dudoso derribo de Aquilani a Xavi dentro del área. El colegiado alemán no dudó en dirigirse al punto de los once metros. Desde allí fue Messi el encargado de batir a Abbiati, por dos ocasiones: la primera con una paradinha, por lo que la pena máxima se tuvo que repetir; y la segunda, que sí valió, con un lanzamiento ajustado al palo que el meta local a punto estuvo de detener. El Barça tuvo un par de ocasiones más antes del descanso, con Villa y el propio Messi como protagonistas, mientras que Kevin-Prince Boateng también pudo haber logrado el empate, aunque se lució Valdés para evitarlo. Con el 1-2 se llegó al intermedio en un San Siro abarrotado.
Robinho estaba desaparecido en combate y Allegri se percató de ello, quitando al brasileño en el descanso para dar entrada a otro jugador de la canarinha y yerno de Silvio Berlusconi, Alexandre Pato. Pero quien reclamó el protagonismo al comienzo de la segunda parte fue Boateng. El internacional ghanés recibió un gran pase en largo de Seedorf, burló a Abidal con un gran regate de tacón y batió a Valdés con un disparo ajustado al palo más cercano, en una acción en la que el cancerbero visitante pudo haber hecho algo más.
Pero la alegría le duró poco a los rossoneri. Exactamente nueve minutos. A los 62 apareció la conexión Messi-Xavi para que el Barcelona diera un puñetazo sobre la mesa: con los papeles cambiados, el argentino habilitó al internacional español con un gran pase en profundidad y éste se marchó de sus rivales para plantarse ante Abbiati y establecer el 2-3, a la postre definitivo, con un disparo raso, seco y colocado. Era el premio al mejor juego del equipo azulgrana, que a partir de entonces se decidicó a lo que mejor sabe hacer, tener la pelota, para llevar el envite a su terreno.
Enfrente, a los milanistas se les acababa la gasolina. Tenían los plomos fundidos y la entrada de Bonera y Nocerino, en sustitución de unos apáticos Nesta y Van Bommel, respectivamente, no supuso el balón de oxígeno que buscaba Allegri. Muy al contrario, sí le funcionaron los cambios a Guardiola, que puso sobre el tapete a Alexis Sánchez y Pedro, como sustitutos de Villa y Cesc Fábregas, y el equipo lo agradeció.
Al final, merecida victoria para un Barça que sella matemáticamente la primera plaza: después de cinco jornadas, suma 13 puntos por ocho de los rossoneri. En el duelo entre los equipos pobres del grupo H, Viktoria Plzen (cuatro puntos) y BATE Borisov (dos) pelearán en la última jornada, dentro de dos semanas, por el consuelo menor de la Liga Europa. Los checos reciben al Milan, mientras que los bielorrusos visitan el Camp Nou.
Ficha técnica
Milan, 2: Abbiati; Zambrotta, Nesta (Bonera, m.65), Abate, Thiago; Van Bommel (Nocerino, m.71), Seedorf, Aquilani, Boateng; Ibrahimovic y Robinho (Pato, m.46)
Barcelona, 3: Valdés; Puyol, Mascherano, Busquets, Abidal; Xavi, Thiago (Dos Santos, m.90), Keita; Cesc Fábregas (Pedro, m.79), Villa (Alexis, m.67) y Messi
Goles: 0-1, m.13: Van Bommel, en propia meta; 1-1, m.20: Ibrahimovic; 1-2, m.31: Messi, de penalti; 2-2, m.53: Boateng; 2-3, m.62: Xavi
Árbitro: Wolfgang Stark (Alemania). Mostró tarjeta amarilla a Aquilani (m.23), Nesta (m.29), Van Bommel (m.33) y Zambrotta (m.86), del Milan; y a Messi (m.30), Puyol (m.43), Abidal (m.45+2) y Mascherano (m.85), del Barcelona
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del grupo H de la Liga de Campeones disputado en el estadio Giuseppe Meazza de Milán ante unos 85.000 aficionados