El torneo de Bercy, el último Masters 1.000 del año, ve cómo tradicionalmente los mejores del circuito llegan en malas condiciones, pero en esta edición ha logrado juntar para sus cuartos de final a los seis tenistas de mejor ránking y a dos invitados sorpresa.
Uno de ellos es el argentino Juan Mónaco, que junto con el estadounidense John Isner no lleva ningún cartel de cabeza de serie. El de Tandil se benefició de la lesión del estadounidense Mardy Fish para convertirse en el quinto tenista argentino que alcanza los cuartos en Bercy, tras Guillermo Cañas (2004), Gastón Gaudio (2005), David Nalbandian (2007 y 2008) y Juan Martín del Potro (2009).
En la línea del gran final de temporada que está completando, el argentino se permite ahora soñar, y en sus sueños aparece un duelo mágico contra Roger Federer, su rival por un puesto en semifinales, al que no ha ganado en ninguna de las tres veces que lo ha afrontado.
El suizo ha recuperado la frescura que parecía haber perdido y avanza sin problemas por un torneo que tradicionalmente no le ha sido propicio. No en vano es el único Masters 1.000 en el que nunca ha disputado la final y, junto a Roma y Montecarlo, falta en sus vitrinas.
En dos partidos ha cedido cinco juegos y apenas se le ha visto temblar. Su victoria en Basilea el pasado domingo y el hambre que demuestra en la pista, sin contar con su glorioso palmarés, le hacen aparecer como uno de los mayores favoritos.
Todo lo contrario que Novak Djokovic, que tiene que apoyarse en su condición de número uno para ser considerado como candidato. El serbio atraviesa un mal momento de forma y en octavos contra su compatriota Viktor Troicki completó un muy mal set y medio, antes de recuperarse y acabar adjudicándose el encuentro (4-6, 6-3, 6-1).
Tendrá que progresar para meterse en semifinales contra el francés Jo-Wilfried Tsonga, sexto favorito, predilecto de la grada y tenista en progresión ascendente, que se ha clasificado con soltura ante el italiano Andreas Seppi (6-3,6-4).
Poco queda del Tsonga que en la primera ronda tembló ante el español Guillermo García López, que le arrebató un set. El francés ha ganado en confianza y, además, ha vencido más veces a Djokovic de las que ha perdido contra él.
Ni sombra de debilidad ha mostrado el escocés Andy Murray en París. No hay rastro de los presuntos problemas musculares que tenía y avanza sin pestañear. Es el que menos sets ha perdido, 10, y sus triunfos en Bercy acrecientan la racha que encadena en el final de temporada. Ya lleva 16 victorias seguidas.
La 17 podrá ser ante el checo Tomas Berdych, otro tenista en racha, que también está mostrando su mejor rostro en París. Quinto cabeza de serie, contra el serbio Janko Tipsarevic se impuso por un 7-5, 6-4 y navega en progresión ascendente en un torneo que ya ganó en 2005, uno de esos años en los que los buenos volvían la cara a Bercy.
No le hará asco al último Masters 1.000 el español David Ferrer, que lo tiene bien apuntado en su agenda, al menos al mismo nivel que el trofeo de Maestros de Londres y la final de la Copa Davis. Sin hacer ruido, Ferrer ya ha igualado su mejor actuación en Bercy y ahora tiene un compromiso, a priori, a la altura de su categoría contra el estadounidense John Isner.
La otra sorpresa de los cuartos se deshizo del español Feliciano López en octavos por 6-4, 6-2. El toledano había completado un gran torneo pero le faltó el remate y se despidió de París, tras haber vencido a dos franceses en las fases anteriores.