Los empleados del Barça se rebelan contra Rosell

No todo es color de rosa en el FC Barcelona. El comité de empresa del club ha remitido una carta interna a la Junta Directiva que preside Sandro Rosell para mostrarle su "profundo desencanto" al denunciar que están viviendo "el peor ambiente laboral de los últimos doce años", según reza la misiva, cuyo contenido publica el diario ABC. "Situaciones laborales inaceptables", "comportamientos inadecuados en un ambiente laboral sano" y la "falta de información y de comunicación en general" son las causas del conflicto que los trabajadores denuncian en el documento.

Según el comité, los trabajadores se implicaron de forma "excepcional" cuando se realizó la auditoría interna del Barça en julio de 2010. Y ahora, dieciséis meses después, denuncian que los rectores de la entidad no ha respondido a esa cooperación: "Este ha sido el proceso laboral más oscuro que recordamos y del que no hemos tenido ninguna información, ni posibilidad de negociación de los procesos (...) a día de hoy no conocemos su utilidad".

En la carta, los trabajadores también se quejan de que, en todo este tiempo transcurrido, la Junta Directiva no se ha molestado en reunirse con ellos, ni siquiera para explicarles qué plan de acción tienen para su mandato, que debe finalizar el año 2016.

Pero la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los empleados es la externalización de Barça TV, donde se van a producir 32 despidos tras conocerse que el canal temático va a pasar a ser gestionado directamente por Mediapro, la empresa propiedad de Jaume Roures. "No se puede separar del resto del proceso de generación de contenidos", denuncian los empleados, que han convocado un paro de diez minutos "por primera vez en la historia".

Los trabajadores también se quejan de las dificultades que la Junta Directiva les impuso para poder obtener las entradas de las finales, la prohibición de utilizar el párking subterráneo de tribuna los días laborables y la retirada de los pases de aparcamiento. Tres asuntos que "no tienen ningún coste económico para la entidad y sí un coste social difícil de cuantificar", según denuncian.

"Actualmente mantenemos las relaciones laborales con la empresa paralizadas", añaden los trabajadores en su misiva, "dado que no es posible negociar sin políticas de hechos consumados, sin información sobre la organización presente y futura, con una desmotivación creciente en el colectivo de empleados y con gran sensación de inestabilidad".