"El fútbol es para lo que he vivido, para lo que me levantaba, pero se había ido. Me preguntaba, ¿y ahora qué?". El gran Paul Gascoigne cayó en una profunda depresión y se refugió en el alcohol y las drogas. "Mi solución fue beber y cocaína", recuerda.
Gazza rememora su pesadilla: "Mi peor momento fue cuando estuvo cuatro meses sin comida o agua y (bebía) cuatro botellas de whisky al día". "Probablemente tomaba unas 16 rayas de coca al día", se lamenta Gascoigne.
El inglés se retiró del fútbol en 2004 y cayó en el mundo de las drogas: "Estaba allí en un plato y pensaba que si lo probara no podría parar. Me encerré en un hotel durante seis semanas".
La cocaína, obviamente, le causó un trastorno mental y, como él mismo reconoce, se volvió "chiflado": "Recuerdo telefonear a mi padre diciendo: ‘Escucha, coge tus cosas, vamos a ir a jugar al ajedrez con los presidentes Clinton y Bush'".
El jugador ha tenido que hacer frente a 15 años de adicción al alcohol, que le ha llevado a ser fotografiado en Inglaterra esperando a que los pubs abrieran para tomar una copa. Ahora, se siente aliviado por estar sobrio: "Ahora puedo tener más diversión sin una copa que con una. Si empezara a beber, acabaré en un ataud", dice con sinceridad Gazza, según reproduce el Daily Mirror.
Ahora ve la vida con más optimismo y quiere seguir adelante: "Podría verme casándome otra vez. Soy un buen tipo. Soy un tipo agradable, soy bueno de corazón", finaliza el exinternacional inglés.