El Circuito Internacional de Buddh se prepara para su gran momento con la celebración del Gran Premio de Fórmula Uno de la India, la decimoséptima y antepenúltima prueba del Mundial de la especialidad y la primera que se celebra en ese país.
Obra del diseñador alemán Herman Tilke, responsable de una decena de trazados en todo el mundo, la pista india está concebida para ser una de las más rápidas del Mundial y una de sus peculiaridades son los abundantes desniveles y cambios de rasante.
El trazado, de 5.137 metros, combina una primera parte muy rápida al inicio, con una recta de más de un kilómetro, y una segunda mucho más técnica con una triple curva circular rápida que recuerda a la vertiginosa curva 8 del circuito de Estambul. Los bólidos, que correrán en el sentido de las agujas del reloj, deberán afrontar 16 curvas, siete a la izquierda y nueve a la derecha, entre las que hay el giro que culmina la larga recta, donde los monoplazas deberán afinar mucho la frenada.
Hay en total tres rectas de alta velocidad y cuatro curvas lentas que, junto a al asfalto nuevo y a las altas temperaturas que se esperan para el Gran Premio, supondrán una dura prueba para las gomas. Pirelli, el proveedor único de neumáticos, ha optado por una vía conservadora y ha preparado juegos adicionales de su compuesto blando para los entrenamientos libres del viernes, cuando los equipos comprobarán realmente las exigencias del circuito.
La mayoría de escuderías han recalcado que el trazado, presentado en público hace sólo una semana, promete ser atractivo para los aficionados por sus tramos rápidos y porque se prevé que los pilotos puedan adelantar con facilidad. La escudería de Michael Schumacher, Mercedes-Petronas, ha calculado, por ejemplo, que los coches irán casi dos tercios de la prueba –de 60 vueltas– con el gas a fondo, y que los monoplazas superarán los 285 kilómetros por hora en tres puntos diferentes.
Para la India, que vive estos días pendiente de un deporte hasta ahora muy alejado del gran público, el Gran Premio supone un desafío para su capacidad gestora después del fiasco que supuso la celebración de los Juegos de la Commonwealth en 2010. La tradicional reunión deportiva de los países anglófonos acabó con enormes fallos organizativos y sonados escándalos de corrupción que incluso llevaron a la cárcel al máximo responsable del comité organizador.
El circuito de Buddh ha costado cerca de 400 millones de dólares –287 millones de euros– y la empresa promotora, la india Jaypee Sports, espera que el certamen de este fin de semana aumente la pasión por el automovilismo en un mercado de más de 1.200 millones de personas. De momento ya se han vendido cerca de tres cuartos de las entradas puestas a la venta –con precios de entre 3.000 y 15.000 rupias (60 y 300 dólares)– y los organizadores esperan llenar el aforo de 100.000 personas.
Buddh se halla junto a la ciudad dormitorio de Noida, unos 50 kilómetros al sureste de la capital india, Nueva Delhi, y representa una nuevo paso en la penetración de la Fórmula Uno en Asia. Con ocho pruebas en 2011, el gran continente ya ha igualado a Europa en número de grandes premios y el patrón del gran circo, Bernie Ecclestone, sigue cerrando acuerdos para expandirlo más allá de sus mercados tradicionales.