Sigue sorprendiendo que, a estas alturas de la temporada, cuando ya se han disputado las ocho primeras jornada de Liga, un modesto como el Levante siga siendo el líder de Primera División después de su incontestable triunfo ante un equipo de Champions como el Villarreal en El Madrigal (0-3), con dos goles de Juanlu Gómez, el pichichi de los granotas con cinco dianas, y otro de Arouna Koné.
No sólo gana el Levante de Juan Ignacio Martínez, que hasta la pasada jornada compartía la cima de la clasificación con el intratable Barcelona –el último tropiezo sufrido por el conjunto de Pep Guardiola, el pasado sábado ante el Sevilla en el Camp Nou (0-0), ha situado al club valenciano en lo más alto de la tabla en solitario–, sino que además juega bien y su estilo gusta a la afición.
Un hecho insólito en los 102 años de historia de este modesto del fútbol español, que cumple su séptima campaña en Primera. Es además el club granota el segundo con menos presupuesto de la categoría de oro del fútbol español con 23 millones de euros, sólo por delante en este apartado al Rayo Vallecano (nueve millones).
Así, un solo jugador como Cristiano Ronaldo, por el que el Real Madrid pagó la friolera de 96 millones de euros en verano de 2009, cuesta tres veces más que toda la plantilla del Levante, una entidad con apenas 10.000 abonados. A pesar de tener tanta estrella en sus filas, el Real Madrid también ha sido víctima de este inicio espectacular del equipo levantino y perdió en el estadio Ciudad de Valencia (1-0) ante un conjunto aguerrido y que tiene el trabajo, la humildad y la ilusión por banderas, con una virtuosa mezcla de veteranía y juventud.
Sin duda todo un humilde del fútbol español –entre los 23 jugadores de la plantilla cobran un total de ocho millones de euros– que cifra sus éxitos en sus ascensos y reivindica un título de Copa obtenido durante la Guerra Civil. Ni que decir tiene lo que se lleva el club por el reparto de los derechos televisivos: apenas doce millones de euros frente a los 140 millones que se embolsan los dos grandes del fútbol español, Real Madrid y Barcelona.
¿Quién es Juan Ignacio Martínez?
Esta modestia parece no reflejarse, sin embargo, en el terreno de juego, donde el equipo no sólo se codea con los grandes, sino que incluso les supera en la clasificación. Y gran parte de su milagro se lo debe a su entrenador. Juan Ignacio Martínez (Rabasa, Alicante, 24 de junio de 1964) es un técnico prácticamente desconocido en el panorama futbolístico nacional, pues hasta ahora había digirido a equipos modestos de Tercera, Segunda B y Segunda División: desde entrenar al Alicante en 1997 hasta hacerse cargo del Cartagena, entre 2009 y 20011, pasando por clubes como Orihuela, Torrevieja, AD Mar Menor-San Javier, Alcoyano, Salamanca y Albacete Balompié.
Descartados en otros equipos, titulares en el Levante
Más sorprendente aún es que la plantilla del Levante esté formada, en su mayoría, por jugadores que otros clubes descartaron en su día. Es el caso del uruguayo Gustavo Munúa, el portero menos goleado de Primera División con sólo tres goles recibidos y que en las cinco temporadas que precedieron a su llegada al Levante había jugado sólo 43 partidos. Casos muy similares protagonizan futbolistas de campo como Nano, que cuando llegó a Valencia en el verano de 2010 venía de jugar la temporada anterior un solo partido oficial con el Betis, o Javi Venta, con quien el Villarreal dejó de contar y en el conjunto granota es titular indiscutible.
Asier del Horno es otro jugador al que el Levante le ha cambiado su carrera. El vasco, que llegó a jugar en las filas de un poderoso club europeo como el Chelsea, no contaba para el Valencia, y tras su experiencia en el Valladolid en la campaña 2009-10 y un par de lesiones graves en el tendón de Aquiles, ha vuelto a su mejor nivel. Xavi Torres también tuvo que buscarse un hueco en Primera después de que el Málaga apenas contara con él en la temporada 2009-10. Sin embargo, ahora cumple su segunda campaña en Valencia en calidad de cedido y es otro titular indiscutible para Juan Ignacio Martínez, también conocido como JIM por sus siglas.
Quizá la historia más llamativa es la de Juanlu, el pichichi del equipo con cinco dianas. Antes de llegar al Levante, el delantero malagueño había jugado en ocho equipos en otras tantas temporadas. En la última, antes de firmar en Valencia el verano de 2009, ni siquiera debutó con el Real Betis. O la de Valdo, quien entre el Espanyol y el Málaga jugó tan sólo treinta partidos en los dos últimos años justo antes de acabar en el Levante, con el que ha recuperado su mejor nivel.
A este perfil de jugadores que buscan una segunda oportunidad se suma ahora el marfileño Arouna Koné, por quien el Sevilla pagó doce millones de euros al PSV holandés en 2007 y que fracasó en el Sánchez Pizjuán. En el Levante ya lleva dos goles.
El objetivo, la permanencia
Pese a este milagro, los jugadores y el cuerpo técnico prefieren tener los pies en el suelo y saben cuál es el objetivo del equipo. "Lo que está consiguiendo este equipo es imposible (...) No creo que hayamos hecho méritos para ganar con tanta contundencia al Villarreal. Buscamos la permanencia", decía JIM a la conclusión del partido disputado en El Madrigal.
En esta misma línea, la de la humildad, se manifiesta Juanlu, quien también tiene claro que el objetivo es no bajar a Segunda División. "Es un milagro que un equipo como el Levante esté líder con un presupuesto tan bajo en Primera, que simplemente con lo que cobra un jugador del Barcelona o Real Madrid podría pagar a 25 futbolistas de esta plantilla". "Olé nuestros cojones", lanzaba dejándose, esta vez sí, llevar un poco por la euforia.
Y no es para menos. Porque el Levante, que la pasada campaña logró la permanencia en la segunda vuelta de la pasada campaña gracias al fútbol directo que proponía su entonces técnico Luis García Plaza –hoy entrenador del Getafe–, su relevo en el banquillo ha apostado por un fútbol más elaborado, con menos prisas por llegar a la meta rival y con más creatividad en el centro del campo.
Compromiso total con un proyecto ilusionante
Toda la plantilla está comprometida con el proyecto del club. Prueba de ello es que muy pocos jugadores de los que subieron a Primera en 2010 o de los que han llegado en los dos últimos años han dejado la entidad por falta de integración con su filosofía.
Ante este milagro del Levante, también cabe destacar que cada vez más aumenta el número de los aficionados que acuden al estadio tras unos años en los que seguían al equipo desde la distancia. Su participación en los actos que se organizan en torno al club también ha crecido y el acompañamiento en los desplazamientos hace que cada vez el equipo camine menos veces solo.
Hasta bien avanzada la primera década del siglo XXI, el club se regía por políticas desfasadas y con criterios sin futuro bajo el modelo que durante muchos años propició su anterior máximo accionista, Pedro Villarroel. Pero la llegada de su actual presidente, Quico Catalán, ha cambiado la forma de dirigir la entidad. Junto a Catalán, la terna que dirige al club se completa con Manolo Salvador, el máximo responsable de la secretaría técnica, y Juan Ignacio Martínez, debutante en Primera. Ellos dirigen al club en el momento de más éxito de su historia.