Huelga decir que no es nueva la campaña de acoso y derribo de muchos medios de comunicación españoles hacia Cristiano Ronaldo, aunque sí es cierto que se ha intensificado esta temporada. Especialmente a raíz del debut del Real Madrid en la Liga de Campeones, el pasado 14 de septiembre ante el Dinamo de Zagreb.
Aquel partido, ganado (0-1) por los blancos –entonces estrenaron la equipación roja que van a lucir este curso en la máxima competición europea– gracias a un solitario gol de Ángel Di María, estuvo marcado por las duras entradas que recibió CR7.
La entrada criminal de Leko
Especialmente violenta fue una de Jerko Leko que le dejó al luso el tobillo derecho totalmente ensangrentado, como mostró el propio jugador madridista ante las cámaras de televisión. Las imágenes hablaban por sí solas. "Mira", le indicaba a la periodista de Telemadrid Chus Galán. "Ha sido una vergüenza, ojalá no nos pite más", decía el luso quejándose airadamente del árbitro noruego Svein Oddvar Moen –conocido como el Ovrebo II en referencia a su compatriota, compañero y amigo, el polémico Tom Henning Ovrebo–, quien además había expulsado injustamente a Marcelo al mostrarle la segunda tarjeta amarilla por entender que se había tirado dentro del área para simular penalti.
Pero lo mejor estaba por llegar. En zona mixta del estadio Maksimir de Zagreb, minutos después del partido, CR7 lanzó una frase que pasará a la historia. "Me pitan por ser rico, guapo y un gran jugador, y me tienen envidia.. No tiene otra explicación", dijo como respuesta a los insultos que miles de seguidores croatas le habían dedicado minutos antes.
Unas palabras que, como no podía ser menos, las dos principales cabeceras de la prensa deportiva catalana, Sport y Mundo Deportivo, no pasaron por alto para llamar enseguida "chulo" al jugador portugués. Sin olvidar todas las críticas que le llovieron en las distintas tertulias futbolísticas de la radio y televisión españolas. Desde Futboleros, de Marca TV, a Punto Pelota (Intereconomía Televisión), pasando por Estudio Estadio, por citar sólo a algunos programas.
Mientras tanto, Leko, el impune autor de aquellas violentas entradas a CR7, no sólo no pidió perdón por sus fechorías, sino que además se permitió el lujo de llamarle "arrogante" al portugués y llegó a poner en duda que realmente estuviera lesionado después de que necesitara tres puntos de sutura en el tobillo derecho. El crack de Madeira fue seria duda para el encuentro posterior ante el Levante en el Ciudad de Valencia, en lo que supuso la primera –y hasta el momento única– derrota del Real Madrid esta temporada (1-0), aunque sólo jugó la segunda parte al sustituir a Karim Benzema. Tratándose de Ronaldo, por todos es conocido que quiere jugar hasta los amistosos.
En las horas previas a aquel duelo en el estadio Ciudad de Valencia, el jugador levantinista Xavi Torres pareció seguir el ejemplo de Leko y se despachó con unas declaraciones en las que señaló que no tendría reparo alguno en frenar a CR7 por lo civil o por lo criminal. "Si hay que darle un palo a Cristiano, se le dará", dijo el centrocampista. Mientras, Sport y Mundo Deportivo continuaban repartiendo a diestro y siniestro a un Cristiano que supo resistir al vendaval. Al mal tiempo buena cara, debió de pensar el futbolista, que hasta la fecha sigue aguantando estoicamente –tanto él como su entrenador, José Mourinho– que le señalen con punteros láser en los diferentes estadios.
De la espaldinha a la rabona
Los recursos técnicos que ha empleado el jugador de Madeira –taconazos, rabonas, controles, regates, golpeos, efectos o disparos– en los cien partidos que ha jugado con la camiseta del Real Madrid también han molestado, y de qué manera, a los rivales. El último de ellos fue el centro de rabona que hizo en el partido contra el Betis (4-1), antes de que Iriney Santos e Iván Amaya le recriminaran que "no venía a cuento". Un episodio éste que recordó a la espaldinha –pase con la espalda sin mirar– que la pasada temporada realizó en un derbi contra el Atlético de Madrid en el Bernabéu, provocando las iras de un Raúl García, hoy en las filas de Osasuna, que amenazó al luso con pegarle "una hostia".
"Chuleta reincidente", escribía el día después en sus páginas Mundo Deportivo, mientras que Sport, un poco más comedido, señalaba que "Cristiano Ronaldo la vuelve a liar". Nuevas críticas, pues, hacia Ronaldo de la misma prensa catalana que siempre ha querido pasar por alto que Ronaldinho, Zlatan Ibrahimovic y Diego Maradona, por ejemplo, hicieran exactamente vistiendo la camiseta del Barcelona. El brasileño, el sueco y el argentino, unos auténticos genios para los rotativos de la Ciudad Condal; el portugués, poco más o menos que el Diablo. El doble rasero salía de nuevo a relucir en aquella "esquina, allí arriba", donde "pintamos poco", como dijo hace unos meses Pep Guardiola, en las horas previas a un Osasuna-Barelona, a la hora de refererise a Cataluña.
No sólo en lo que atañe a los partidos jugados con la camiseta del Real Madrid ha sido repudiado Cristiano. El pasado 9 de octubre, el luso denunció que los aficionados chipriotas, un mes antes, le habían provocado durante un Chipre-Portugal (0-4), de clasificación para la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012, jugado en Nicosia al gritarle "Messi, Messi". El jugador no se cortó un pelo a la hora de responder: "Los gritos a favor de Messi son cosa de anormales". La polémica volvía a estar servida. Muchos medios volvían a tener carnaza para arremeter contra el jugador de Madeira.
Además de todo ello, de ser insultado, silbado, recibido con gritos en contra o apoyando al rival, de ser censurado por recursos técnicos sobre el césped y señalado con punteros láser, Cristiano también ha sido criticado en las últimas semanas por su sequía goleadora con la camiseta blanca. Parece que el asunto ha pasado a ser casi de Estado y se ha convertido en la comidilla de las tertulias periodísticas. "¿Qué le pasa a Cristiano?", parecen preguntarse los informadores.
Cristiano en "modo inteligente y solidario"
No deja de sorprender que el futbolista de Madeira, que lleva 95 goles en cien partidos oficiales con el Madrid, no haya marcado en los tres últimos encuentros con la camiseta madridista: Espanyol (0-4), Betis (4-1) y Olympique de Lyon (4-0). Pero no menos cierto es que ahora, en vez de firmar los goles, se los da a sus compañeros para convertirse en el mejor asistente del Real Madrid en lo que llevamos de temporada con siete pases de gol frente al total de 26 que lleva su equipo –el segundo en la lista es Mesut Özil con cuatro–.
Su porcentaje de goles ha caído esta campaña un 10,8 por ciento en relación a la media que consiguió el curso 2010/11 –53 tantos en 54 partidos–, aunque esta campaña lleva ya siete pases de gol –cinco de ellos en los tres últimos encuentros–, frente a los 12 que hizo en toda la temporada pasada. [Consulte aquí sus estadísticas]
Esta nueva faceta le gusta a Mourinho y así lo reconocía el propio técnico portugués el pasado martes, en la rueda de prensa posterior al duelo ante el Lyon. "El problema gordo es que Cristiano no marque y el equipo tampoco. Me gusta verlo en este modo inteligente y solidario de hacer las cosas. El año pasado ganó la Bota de Oro y el pichichi. A lo mejor este año gana cosas más importantes", dijo en referencia a la nueva faceta del jugador como asistente.
Y también le encanta este CR7 a una estrella del deporte mundial como Rafa Nadal, número dos de la clasificaicón ATP y reconocido seguidor madridista. "A mí me gusta más el Cristiano de ahora", decía el manacorense este jueves. "Creo que da más sensación de equipo, y si tengo que elegir, prefiero a este Cristiano. Es verdad que el que se lleva el gol parece que es el que se lleva el reconocimiento, pero es lo suficientemente inteligente para ver que en los últimos tres partidos el equipo ha hecho tres partidazos y él no ha marcado. Ha trabajado para el equipo de forma distinta y en una superestrella como él tiene valor doble", añadía.
Los elogios le han llovido también al portugués desde el eterno rival, el Barcelona, y concretamente de boca de Andrés Iniesta, que el pasado miércoles tuvo una reaparición estelar con la camiseta del Barcelona después de haber estado un mes de baja por lesión. "Yo de lo que piense u opine la gente no tengo nada que decir, pero sí puede decir que para mí Cristiano es un gran jugador, uno de los mejores del mundo. Lo demás no lo valoro", afirmaba este jueves el manchego, un día despué de haber marcado el golazo, tras una magnífica combinación con Leo Messi, que abría la victoria (2-0) del Barça contra el Viktoria Plzen checo (2-0).
Así pues, no todo son espinas en el camino del "joven, guapo y rico" Ronaldo, un jugador vilipendiado por el antimadridismo más feroz incluso antes de que se enfundara por primera vez la elástica blanca, el día de su presentación en el Santiago Bernabéu, el 6 de julio de 2009.
Gijón, cuna del antimadridismo
La leyenda de ese antimadridismo –conviene recordarlo– comenzó aquel 25 de noviembre de 1979 en El Molinón, cuando los aficionados del Sporting coreaban al unísono "así gana el Madrid", que dirigía Vujadin Boskov, mientras se echaban encima de Isidoro San José por entender que había fingido una lesión tras una entrada del extremo argentino Enzo Ferrero. Hasta entonces el Madrid había sido un equipo casi reverenciado por las aficiones españolas.
A partir de aquel día la historia cambió y el blanco, 32 años después, sigue siendo uno de los conjuntos más odiados en los campos de Primera División. Pero la cosa ha ido a peor y el antimadridismo es cada vez más latente no sólo en la geografía española, sino en gran parte de Europa, con Cristiano Ronaldo y José Mourinho en el centro de la diana. Es ésta, sin lugar a dudas, la mayor persecución de la historia hasta hoy.