Hace días le llegó a Vicente del Bosque –a la vez que a Rafa Nadal y Plácido Domingo- una invitación para recibir el próximo tres de noviembre la Medalla de Oro del Real Madrid, un premio que reconoce el madridismo de personas célebres y con éxito.
Sin embargo, el seleccionador español no parece muy dispuesto a acudir a la celebración. En su opinión, esta medalla no llega de manera espontánea, sino por la presión que los medios y los socios han ejercido desde su salida, por la puerta de atrás, del Real Madrid.
Cree del Bosque que el galardón llega tarde y mal, contra la voluntad del propio Florentino, quien le echó en 2003 justo después de ganar una Liga, supuestamente para dar llegada a un entrenador más moderno –y más mediático-, algo que dolió, y mucho, al actual campeón del mundo.
Además, al salmantino, que siempre ha mostrado su apoyo y defensa de todos sus colaboradores, tampoco le ha sentado nada bien de que ni Toni Grande, ni Javier Miñano ni Paco Jiménez, sus ayudantes y también madridistas, hayan sido tenidos en cuenta.
Por todo ello, Del Bosque no está muy convencido de acudir a la ceremonia. De hecho, es muy probable que si por él fuera, no recogería esa medalla; pero el seleccionador español, siempre tan prudente y cabal, es consciente de su responsabilidad como madridista y como seleccionador.
Eso es precisamente lo que le comunicó al club, por medio de Emilio Butragueño, responsable de las Relaciones Institucionales: que se lo pensaría. Ni que sí, ni que no. Que ya veríamos.