El nuevo 'rico' del fútbol mundial tiene nombre propio: el Anzhi ruso. Este gran proyecto está en manos del nuevo multimillonario dueño del club, el ruso Suleyman Kerimov, que se hizo cargo de la entidad el 18 de enero de 2011. Gracias a la fortuna que ha amasado a través del petróleo, el gas y los metales preciosos, este magnate de Derbent ocupa el puesto 118 en la Lista Forbes de 2011.
Sin embargo, no es un inversor al uso. Quizá provocado por un grave accidente que sufrió conduciendo en 2006, que estuvo a punto de provocar su muerte, Kerimov es también conocido por la gran cantidad de patrimonio que destina a ONGs y diferentes obras sociales.
Suleyman Kerimov tiene claros sus objetivos: disputar la Champions en menos de dos temporadas y la construcción de un estadio para unos 40.000 espectadores, acorde con la grandeza que le espera al club.
La primera contratación que éste ruso realizó fue la del brasileño Roberto Carlos. Además de haber conseguido traer al equipo jugadores de gran nivel como, Jucilei da Silva o Mbark Boussoufa, la guinda del pastel fue cuando en el mercado veraniego del 2011 fichó a Balazs Dzsudzsák, Yuri Zhirkov y el exdelantero del Barcelona, Samuel Eto'o, que con el contrato que firmó con el Anzhi pasó a ser el futbolista mejor pagado del mundo con 20 millones de euros al año.
No contento con estos fichajes, Kerimov quiere más. Ya ha pretendido a jugadores de la talla de Dani Alves, lateral derecho del Barcelona, al exjugador del Real Madrid, Raúl y para llevar todo este elenco de estrellas, ya contactó con Mourinho, aunque el portugués ha rechazado su oferta.
Recorren 1.800 kilómetros para jugar en casa
Los jugadores del club viven y se entrenan en Moscú y sólo vuelan a Makhashkala cada 15 días para disputar los partidos como locales en su estadio. Esta actuación se debe a razones de seguridad e implica volar 1.800 kilómetros - la distancia entre la capital de Daguestán y Moscú - quince veces por temporada para los partidos como local. El Anzhi normalmente entrena en las instalaciones deportivas de Kratovo, a las afueras de Moscú.
Todo lujo y comodidades
En la ciudad deportiva de Kratovo, a 49 kilómetros de la capital, se palpan las comodidades que Eto’o, Roberto Carlos y el resto del equipo disponen. Cada jugador tiene una habitación privada en la que puede descansar o pasar el tiempo. Todas ellas son individuales y nunca compartidas, de este modo se preserva la privacidad de los jugadores.
En el mismo complejo desayunan y comen. Las principales estrellas también tienen seguridad y traductor personalizados. La zona es residencial y hay casas de mayor calidad que en el resto de barrios.