Un histórico Messi y el Barça abusan del BATE Borisov

Salir a jugar ante el Barcelona con el autobús puesto es, casi siempre, sinónimo de goleada azulgrana. Si a eso le añadimos continuos y garrafales errores en defensa, entonces ya no hay nada que hacer, porque los jugadores de Guardiola siempre saben qué hacer para deshacer cualquier maraña de hombres. Eso es lo que ha pasado hoy en Minsk, donde el Barça ha goleado (0-5) al BATE Borisov.

El conjunto bielorruso había asegurado la noche anterior que iba a afrontar el encuentro como una fiesta. Sin embargo, desde el primer momento se le vio totalmente encerrado en su campo, con todos los jugadores por detrás del balón excepto el serbio Mateja Kezman, la estrella del equipo que hoy, lógicamente, ni apareció.

No lo hizo porque los suyos no aguantaban el balón más de 15 segundos. De hecho, ni se aproximaron a la portería de Víctor Valdés. Las posesiones del Barcelona, por el contrario, duraban dos minutos, y todas terminaban igual: patadón de un defensor, y vuelta a empezar.

18 minutos fue el tiempo que tardó el conjunto azulgrana en abrir la lata. Lo hizo, eso sí, con la ayuda de Volodko, que en un intento desesperado por evitar el remate de Leo Messi en el segundo palo tras envío de Alves terminó introduciendo el balón en su propia portería. Casi sin tiempo a reaccionar -en una acción muy habitual del Barcelona- Pedro logró el segundo, aprovechándose de un buen servicio de Villa y de una muy mala salida de Gutor. 

Dos graves errores que habitualmente se pagan muy caros, y más ante el Barcelona. Pero aún iba a ser mayor el que iba a cometer el meta local en el minuto 37: un centro aparentemente sin peligro de Alves se le escapó de las manos, y Messi, siempre atento, siempre tan pillo, metió la cabeca para empujar el balón a la portería vacía.

Poco después llegó el descanso, y la cara de los bielorrusos enfilando el túnel de vestuarios era todo un poema. Después de pasarse 45 minutos sin parar de defender y sin prácticamente superar el centro del campo, miraban el marcador y veían un contundente 0-3. Y gracias.

En la segunda mitad los de Goncharenko decidieron, ya que total encerrados les iba a caer un saco, ir a por algún gol. Aunque las ocasiones seguían cayendo siempre del lado azulgrana, el partido se abrió mucho más, momento que aprovechó Messi para dejar su sello y, de paso, entrar en la historia del Barcelona.

Era el minuto 55 cuando el argentino se encontró con un balón en el corazón del área y, con un zurdazo magnífico, lo colocó en la misma escuadra, lejos del alcance del guardameta. Con ese tanto Leo Messi, de tan solo 24 años, alcanzaba a Kubala como segundo máximo goleadar de la historia azulgrana con 194 tantos. Está a 41 del primero, César; seguro que no tardará mucho en alcanzarlo. 

Después de esta acción los dos equipos se dedicaron a pensar en sus competiciones domésticas, y comenzó el carrusel de cambios para dar descanso a las estrellas. En el BATE se marcharon Kezman y Bressan –quizá el único del que pudo verse algo esta noche- y en el Barcelona se sentaron Xavi, Pedro y Abidal.

Y cuando el choque llegaba ya a su final, después de 20 minutos de descanso voluntario, David Villa cerró la manita, con un tanto que era la síntesis de lo que había sido el partido: la defensa bielorrusa se entretiene con el balón, se lo regala a Thiago, y éste mete un pase en profundidad para que el asturiano, completamente solo, bata con facilidad a Gutor. 

Con el gol del guaje concluía un encuentro que el Barcelona se ha llevado prácticamente sin despeinarse, aprovechándose de la inferioridad de un conjunto que cometió demasiados errores. Una goleada que supone la primera victoria de los de Guardiola en esta Champions 2011-12 y que le permite pasar a liderar su grupo empatado a puntos con el Milan, que también ha logrado la victoria  en su estadio ante el Viktoria checo.