Los jugadores y cuerpo técnico del primer equipo del Barcelona, acompañados por el presidente Sandro Rosell y otros miembros de la Junta directiva, han despegado a primera hora del martes del Aeropuerto de El Prat rumbo hacia Minsk, la capital de Bielorrusia. Desde allí, los azulgrana viajarán en autocar a la ciudad de Borisov, donde el miércoles se medirán al FC BATE en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Según el diario Sport, el avión ha salido con una hora de retraso debido a que en el aeropuerto de Minsk faltaba una pieza mecánica para poder descargar las maletas y la compañía se vio obligada a transportarla desde Barcelona.
Pero el morbo estaba en el reencuentro entre Rosell y el entrenador del Barça, Pep Guardiola, después de las declaraciones que el técnico realizó el pasado sábado en la sala de prensa del Camp Nou, minutos después de la manita de los azulgrana al Atlético de Madrid (5-0), en las que mostraba su apoyo al expresidente Joan Laporta y su Junta directiva. "Laporta está sufriendo mucho y no se lo merece. No se merece ir a los tribunales, le tengo mucho afecto", dijo el preparador de Sampedor.
Según informa Marca en su edición en internet, Guardiola y Rosell no se han saludado en el aeropuerto de El Prat. El diario de Unidad Editorial añade que, cuando el presidente llegó al recinto acompañado por el directivo barcelonista Jordi Moix, el entrenador estaba hablando con sus ayudantes y no se saludaron. Después, en la puerta de embarque, la expedición estuvo esperando durante unos diez minutos, pero el presidente se encontraba en un extremo del grupo y el técnico en otro.