El Real Madrid ha vuelto a la senda de la victoria (6-2) ante un Rayo Vallecano que se adelantó en el marcador y que plantó cara en todo momento. Los blancos reaccionaron a tiempo para golear, pero siguen mostrando muchas dudas en su juego tras los dos tropiezos ante el Levante y el Racing.
Había mucha ansiedad y dudas tras las dos salidas falladas y, tras el partido del Rayo, siguen sin disiparse muchas incógnitas. El Madrid ha vuelto a jugar mal, a ráfagas y Mourinho tuvo que rectificar en la primera mitad su erróneo planteamiento con Lass en el centro del campo y Özil en el banco.
El Rayo, a priori, era un rival propicio para olvidar esos dos reveses, pero a los 20 segundos demostró que no llegaban al Bernabéu de visita. Con el Madrid todavía dormido y Lass regalando el balón, Michu adelantó a los franjirrojos en el primer minuto. Ya se escuchaban los primeros pitos en un Chamartín impaciente.
El Madrid estaba a la deriva, sin trenzar jugadas y sólo lo intentaban Cristiano y Marcelo de manera individual. Entonces, Mourinho rectificó el guión y el equipo mejoró con la salida de Özil. Al descanso ya dio la vuelta al marcador el Madrid gracias a los tantos de Cristiano, a la contra, y de Higuaín , que recibió el pase de Ramos, en posición dudosa. Respiraba el Bernabéu aunque seguía disconforme.
El Madrid le jugaba a la contra en su propio campo a un recién ascendido, situación impensable para un equipo que aspira a ganarlo todo. Hoy funcionó y así llegó el penalti que supuso el tercero del Madrid, el segundo en la cuenta de Cristiano. Pese al tercero, el Rayo no se rindió y acortó distancias gracias a Michu, de nuevo, a la salida de un córner.
Di María ayudó también a una posible reacción visitante al ser expulsado por doble amarilla. Como ya sucediera ante el Levante, una entrada fuera de lugar del argentino y una mano absurda dejaban al equipo con diez. Por suerte para los blancos, el Madrid sentenció el partido con su pegada.
Varane se estrenó como goleador con la camiseta blanca de espuela a la salida de un córner. Benzema, hoy suplente, culminó una buena contra de Özil y Cristiano remató la faena al transformar otro penalti. Una goleada que no esconde los defectos del Madrid en los últimos partidos y que, si cabe, aún aumenta las dudas en su juego.