Juan Carlos Ferrero se ha despedido con un sabor agridulce del Abierto de Estados Unidos, tras caer ante Janko Tipsarevic en cuatro sets. El español ha desplegado un gran tenis, pero no ha podido ante el gran estado de forma de su oponente tras casi cuatro horas de partido.
"La belleza salvará el mundo" es la cita de Fedor Dostoievski en japonés que lleva tatuada Tipsarevic en su brazo derecho. Y bello fue sin duda el partido que protagonizó ante Ferrero, pleno de igualdad, calidad y mucha emoción mientras el valenciano tuvo fuerzas. Bello también ha sido el torneo para Juanqui, que de nuevo se ha vuelto a sentir importante en un Grand Slam. Pese a sus molestias en las caderas, Ferrero ha vuelto a lucir su indiscutible calidad sobre las pistas y ante Tipsarevic tuvo serias opciones de haber alcanzado los cuartos de final de un Grand Slam, lo que no conseguía desde el año 2003.
Desde el comienzo ya se apreció que el duelo iba a ser igualadísimo, si bien Ferrero tenía más problemas que su oponente para mantener el servicio. El serbio, sabedor de la peligrosa derecha del español, le buscaba continuamente el revés para impedir que Ferrero pudiera dominarle desde el fondo de la pista. El partido era muy duro y parejo. Parecía que la primera manga se iba a decidir en la muerte súbita, pero Janko aprovechó una bola de break en el duodécimo juego para apuntarse de forma inesperada el set.
No varió el guión del partido en el segundo parcial, ni siquiera cuando Tipsarevic fue atendido por el médico, tras una mal gesto en un deslizamiento, que provocó que tuviera que ser vendado bajo su rodilla derecha. Los dos se mantuvieron muy firmes al servicio y sólo hubo una opción de rotura, que no aprovechó el serbio en el octavo juego, en todo el segundo set.
Y eso que pareció que se iba a repetir el desenlace del primer set, cuando Ferrero servía para forzar el tie-break y Tipsarevic dispuso de un 0-30, pero esta vez el español sí que se rehizo. En la muerte súbita el valenciano jugó de forma excepcional y devolvió las tablas al partido.
No bajaron el ritmo ni uno ni otro en el arranque del tercer set. Firmes con sus servicios, sin dar concesiones, se llegó al 4-4 y en el noveno juego subieron aún más las revoluciones. Hasta tres bolas de break salvó Ferrero, que dispuso de un 0-30 que no aprovechó en el siguiente. Se cumplía la tercera hora de partido cuando Tipsarevic aprovechó unos minutos de inspiración para apuntarse dos juegos consecutivos en blanco y volver a desequilibrar el partido a su favor.
Ahí se acabó el partido. A Ferrero, que venía de jugar dos partidos a cinco sets en las dos primeras rondas, se le hizo un mundo pensar que debía jugar dos nuevos sets para tratar de ganar y el serbio abrochó el partido con un 6-2 que le clasifica por primera vez para unos cuartos de final de un Grand Slam.
Djokovic suda más de la cuenta
El próximo rival de Tipsarevic será su compatriota Novak Djokovic, número uno del mundo, que ha tenido que sufrir para derrotar a un incómodo rival como el ucraniano Alexandr Dolgopolov, al que ha acabado venciendo por 7-6 (14), 6-4 y 6-2, tras casi dos horas y media de juego, para alcanzar los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos. El principal favorito al título había tenido hasta este partido un plácido discurrir por el cuadro, pero esta vez se topó con un rival que le obligó a exprimirse, sobre todo en el primer set, para alcanzar la antepenúltima ronda de un Grand Slam por décima vez de forma consecutiva.
El primer set ya justificó por sí mismo la entrada que pagaron los espectadores de la Louis Arsmtrong. Una hora y cuarto de gran tenis, que concentró unas dosis de emoción muy intensa en una muerte súbita espectacular. Djokovic ofreció en esta primera manga su lado más humano y no fue la máquina de hacer tenis de los últimos partidos. El ucraniano, tan talentoso como anárquico en su juego, desquició al número uno mundial que cedía su servicio en el quinto juego, si bien lo recuperó en el siguiente.
El serbio no estaba tan fino como otros días y Dolgopolov, pese a tener unos porcentajes inferiores al 40 por ciento con su primer servicio, le llevó hasta la muerte súbita, donde se puso con un 4-0 de salida. Reaccionó Nole con cinco puntos consecutivos.
A partir de ese momento, comenzó una montaña rusa de juegos y ocasiones de cerrar el set para uno y otro. Dolgopolov fue el primero en disfrutar de dos bolas para ganar el set –dispondría finalmente de un total de cuatro–, y luego fue Djokovic el que necesitó de hasta seis opciones para apuntarse la primera manga, tras una muerte súbita que necesitó de 30 puntos y que el balcánico celebró como si hubiera ganado el partido.
El ucraniano con la mente puesta todavía en la ocasión que había desaprovechado se encontró con un 3-0 en contra cuando quiso darse cuenta de que ya había empezado el segundo set. Enjugó uno de los breaks en contra, pero Djokovic supo mantener la renta adquirida para apuntarse la manga.
Dolgopolov asumió que la tarea de levantar dos sets al actual número uno mundial era una misión imposible y bajó sus prestaciones. A Djokovic le bastó con mantener la velocidad de crucero para apuntarse el tercer set, el partido y garantizar la presencia de un jugador serbio en semifinales.
Federer arrolla a Mónaco
También sigue adelante el número tres del mundo, el suizo Roger Federer, al arrollar al argentino Juan Mónaco por 6-1, 6-2 y 6-0, en una hora y 23 minutos de juego, en un espectacular partido del pentacampeón del torneo.
El de Basilea comenzó su partido casi en la medianoche y salió dispuesto a acabar por la vía rápida para no acabar a una hora más intempestiva todavía. Federer fue un tren expreso que pasó por encima del último superviviente del tenis sudamericano en el torneo. Mónaco poco pudo hacer ante la avalancha de tenis que se le vino encima, y es que el jugador helvético acabó el encuentro con 42 golpes ganadores por sólo cuatro del argentino.
El suizo comenzó el partido enchufadísimo y fue un vendaval que se llevó por delante a Mónaco. Espectacular con su servicio, no concedió una sola bola de rotura al jugador sudamericano. El número tres mundial hizo lo que quiso con su rival. La derecha le funcionó a la perfección y le metió al partido un ritmo vertiginoso. Mónaco, totalmente superado, fue un espectador más en la Arthur Ashe ante la exhibición de Federer que destiló un tenis de muchos quilates para lanzar un serio aviso a su próximo adversario, el francés Jo-Wilfred Tsonga, a quien le tiene muchas ganas tras haber perdido en sus dos últimos enfrentamientos este año.