El fútbol argentino nos tiene acostumbrados, por desgracia, a escenas de violencia. Sin embargo, lo ocurrido este fin de semana en la Liga Cordobesa en un partido entre Las Palmas y el Unión San Vicente va más allá.
Cuando acabó el encuentro, que se había desarrollado con total normalidad, los jugadores visitantes del Unión San Vicente fueron agredidos brutalmente por aficionados y jugadores de Las Palmas. Primero hubo insultos y, después, golpes, botellazos y ladrillos.
Los peor parados fueron los jugadores Lucas Rico y Brian Roldán. El primero, capitán del equipo, terminó en el hospital de Urgencias de Córdoba con "fractura en el maxilar superior; doble fractura de la órbita del ojo izquierdo y diez puntos de sutura, además de algunos traumatismos en el cuerpo", según informa el diario argentino Clarín. Brian Roldan, que ya recibió el alta, sufrió "traumatismos varios".
Lucas Rico no perdió su ojo izquierdo de milagro, ya que "le tiraron un bloque de cemento más grande que un ladrillo", cuentan los periodistas que estaban allí presentes.
Por último, el presidente de la Liga Cordobesa de Fútbol, Emeterio Farias, repudió lo sucedido y subrayó que "se llegará hasta las últimas consecuencias para saber quién fue y cómo ocurrió". Además, aclaró que "este hecho no puede quedar impune".