Si bien es cierto que en el encuentro de la selección española fueron los futbolistas azulgranas –sobre todo Fàbregas e Iniesta- quienes brillaron con luz propia, los jugadores madridistas que disputaban sus compromisos internacionales con otras selecciones fueron las estrellas de la jornada.
Por encima de todos destacó el alemán Mesut Özil, que lideró la goleada de su equipo ante Austria (6-2). El media punta jugaba en la ciudad que le vio nacer hace 23 años, Gelsenkirchen, y se salió. Abrió el marcador con un zurdazo desde fuera del área, hizo el segunda tras una gran jugada individual, y firmó su hat-trick tras anotar el 4-1.
"Tuvimos un rendimiento excelente y merecimos ganar. Estoy contento de haber podido ayudar al equipo", declaró el futbolista, siempre modesto. Más tajante fue el seleccionador austriaco, Martín Harnik, quien aseguró que "Özil tiene una clase que no tiene ninguno de nuestros jugadores". Incluso, el diario Bild le ha dedicado este sábado la portada con el titular "Özil-show!".
Quizá esa gran actuación le ha valido al futbolista de origen turco el descanso para el próximo compromiso teutón. Joachim Löw le ha dejado fuera de la lista para el partido del martes ante Polonia, asegurando que no quiere que su estrella se cargue de partidos.
Ronaldo, a pares
Quien también vivió una gran noche fue el portugués Cristiano Ronaldo. Y eso que la cosa pintaba mal antes del encuentro, cuando los aficionados chipriotas, donde jugaba la selección lusa, la emprendieron contra la estrella madridista y empezaron a corear el nombre de Messi cada vez que tocaba el balón.
Pero como suele hacer casi siempre, Cristiano calló a todos en el campo, con sus goles. Dos logró el portugués, en un partido en el que también estuvieron presentes Pepe y Coentrao. Quien no estuvo fue Carvalho, después de toda la polémica surgida en las últimas fechas.
El francés Benzemá, que también ha arrancado pletórico la temporada, no quiso ser menos y se apuntó a la fiesta de goleadores. Del ariete blanco fue el primer tanto en el encuentro que los hombres de Laurent Blanc disputaban en Albania, y que finalmente se llevaron por dos tantos a uno.