Sergio Ramos y Busquets han sido los últimos en asegurarlo. Xavi y Casillas lo dijeron este miércoles. Del Bosque siempre lo ha mantenido. Todos repiten lo mismo: hay "buen rollo" en la selección.
Sin embargo, durante esta concentración para los partidos ante Chile y Liechtenstein falta una pieza clave para esa reconciliación, uno de los futbolistas que más ha hecho para que la relación entre los internacionales de Real Madrid y Barcelona sea de cada vez más complicada: Gerard Piqué.
No hay ninguna duda de que el central del Barcelona –no ha sido incluido en la lista por una rotura fibrilar que le mantendrá tres semanas alejado de los terrenos de juego– es el futbolista que más ha hecho para el deterioro de una relación ya de por sí complicada.
Desde la manita en la cara de los jugadores madridistas después del 5-0 que el Barcelona le endosó a los blancos la pasada temporada en el Camp Nou, a la ya famosa frase del central de "os hemos ganado vuestra Liga, españolitos", lo que provocó las lógicas respuestas de Casillas, Ramos o Arbeloa, pasando por los supuestos escupitajos en el túnel de vestuarios después de la Copa del Rey que se adjudicó el Real Madrid, o las continuas declaraciones del azulgrana en las que denunciaba el daño que el Real Madrid estaba haciendo al fútbol español o la superioridad que siempre demostraba su equipo ante los blancos.
No hay ninguna duda de que ante estos hechos, la ausencia de Piqué está haciendo mucho más sencillo que las aguas vuelvan a su cauce. Los futbolistas que se encuentran concentrados han salvado sus pequeñas diferencias, como puede apreciarse en la rueda de prensa de este jueves en la que han comparecido Busquets y Sergio Ramos Ramos, ambos sonrientes, o en los diversos anuncios rodados este miércoles y que reunieron a Xavi, Villa, Casillas y Xabi Alonso en los que ha reinado el buen humor.
Del Bosque, que también deberá trabajar al respecto, espera que a medida que avancen los días y se disputen los partidos ante Chile –este viernes– y Liechtenstein –el próximo martes– las cicatrices de los clásicos terminen de cerrarse, algo que parece factible. Pero también habrá que ver cómo es la reacción de Gerard Piqué –y de los demás hacia él– cuando regrese a una convocatoria y, sobre todo, cuando Madrid y Barça vuelvan a enfrentarse, el próximo 11 de diciembre en el Santiago Bernabéu. Semanas antes empezarán a saltar chispas.