El luxemburgués Andy Schleck considera que la subida a Plateau de Beille, en la decimocuarta etapa del Tour de Francia, ha demostrado que el australiano Cadel Evans (BMC) y el italiano Ivan Basso (Liquigas) "están en plena forma y que son los dos rivales a batir".
El luxemburgués ha asegurado que en el ascenso a Plateau de Beille era difícil atacar, porque "no era una gran pendiente" y que para sus características necesita "puertos más selectivos". "Cada vez que atacabas apenas sacabas 50 metros, era menos duro que en Luz Ardiden y, además, era más difícil por el viento", ha dicho el líder del equipo Leopard, muy satisfecho con el resultado de la etapa para su equipo.
Su hermano Frank, también en las filas del Leopard Trek, asegura que sólo ellos trataron de mover la carrera y critica que el resto de favoritos no lo hiciera. "Me recuerda a 2009, cuando sólo Andy y yo movíamos la carrera. Sólo (Ivan) Basso ha hecho algo, el resto ha estado observándose. Es una pena", dice.
El mayor de los Schleck reconoce que Alberto Contador no estuvo bien, pero señala que "habrá otros días".
Los dos hermanos han destacado el rendimiento del líder del Tour, el francés Thomas Voeckler (Europcar). "Está en una forma como nunca le había visto. Además, dicen que el amarillo da alas y en su caso parece cierto. Los Alpes serán diferentes, pero por el momento está ahí", comenta Andy.
"Para mí no es ninguna sorpresa, le he seguido en la París-Niza y en el principio del Tour y tengo que decir que me lo esperaba. Además, el amarillo da una motivación suplementaria", agrega Frank.