La meta en Luz Ardiden, tras haber ascendido el inédito Hourquette d'Ancizan y el legendario Tourmalet, marca el inicio del festival de los Pirineos en el Tour de Francia, que cuenta en total con tres citas en esta edición.
El terreno serio comienza tras unos primeros días más accidentados que decisivos y los favoritos tendrán que comenzar a poner sobre la mesa sus cartas con vistas a la clasificación general. Los 211 kilómetros que separan Cugnaux, a las afueras de Toulouse, con la cima de Luz Ardiden tienen dos partes bien definidas, con una mitad cómoda aunque en constante ascenso y toda la dificultad concentrada a partir del kilómetro 131.
Desde ese momento, los ciclistas no pararán el sube y baja. Los 9,9 kilómetros del Hourquette d'Ancizan para empezar, con una pendiente media del 7,5 por ciento. Seguirá un descenso de 18 kilómetros antes de afrontar los 17,1 kilómetros de subida al Tourmalet, con un desnivel del 7,3 por ciento..
Una vertiginosa bajada de casi 20 kilómetros deja a los ciclistas a los pies de Luz Ardiden, y sus 13,3 kilómetros al 7,4 por ciento de pendiente media.
Será una etapa explosiva para escaladores de gran resistencia. Una escapada es posible, aunque todo apunta a que los tenores del pelotón moverán ficha.