El único daño que padece Rafael Nadal desde el partido contra Juan Martín Del Potro en la pista Central de Wimbledon es "una ligera inflamación alrededor de los tendones peroneos", algo que no le impedirá en absoluto jugar los cuartos de final ante Mardy Fish.
Ésa es la explicación que el médico de la Federación Española de Tenis trasladado al torneo, Ignacio Muñoz, dio al punzante dolor sentido el lunes por Nadal en la parte trasera del pie izquierdo al final del primer set ante Del Potro y que el mallorquín incluso pensó que le obligaría a retirarse.
La hipótesis médica es que "algún gesto que hizo, en el que torció un poco pie, provocó probablemente un pellizcamiento de la zona de unión del tendón de los peroneos y se produjo una inflamación alrededor de ese tendón, muy leve, pero suficiente para que, por determinados movimientos, pellizcara esa zona inflamada y provocara un dolor muy agudo", según ha informado Efe.
El especialista aseguró, una vez concluida satisfactoriamente la sesión de entrenamiento del número uno, que Nadal jugó el resto del partido ante Del Potro, que duró cuatro sets, "muy condicionado con ese miedo que había tenido en el pasado". Y es que, Nadal "ya había tenido antecedentes en ese pie, que le habían dado problemas", dijo Núñez en relación a la artritis que sufrió en el pie izquierdo el 23 de octubre de 2005, cuando disputaba la final del Masters de Madrid ante el croata Ivan Ljubicic.
No obstante, anoche, tras el partido, Nadal asistió a un hospital de Londres para someterse a una resonancia magnética, que descartó daños graves. Dado que el tenista se acostó pasada la una de la madrugada en Inglaterra, después de someterse a esa prueba médica y cenar en casa con el equipo, éste durmió hasta casi el mediodía.
"Nos asustó que el dolor pudiera ser debido a alguna lesión o a algún hueso o una fractura oculta. Pero, le hemos hecho una ecografía y realmente pensamos que no hay ninguna lesión grave, así que esperamos que pueda jugar en plenas condiciones", indicó el médico, que coincide en que fue "un dolor un poco atípico" el que sintió el manacorense.