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Al menos 82 heridos por los disturbios tras el descenso de River

Las autoridades sospechan que la directiva de River facilitó el acceso al estadio de 13.000 aficionados más de los permitidos.

Las autoridades sospechan que la directiva de River facilitó el acceso al estadio de 13.000 aficionados más de los permitidos.

Al menos 82 personas han resultado heridas, entre ellas 25 policías, como consecuencia de los graves disturbios desatados en el estadio Monumental de Buenos Aires tras el descenso del River Plate a la Segunda división del fútbol argentino. La Policía Federal Argentina ha informado a la agencia Télam de que dos de los heridos se encuentran en estado grave "con traumatismos de cráneo por impacto de proyectiles". Además, uno de los agentes heridos ha sufrido un fuerte impacto en el hombro tras caérsele encima un cartel publicitario.

Todos los policías han sido trasladados al Hospital Churruca, mientras que el resto de los heridos han sido atendidos en el Durand, el Santojanni, el Rivadavia, el Fernández y el Pirovano, la mayoría de ellos por contusiones.

Los disturbios comenzaron después de que el River Plate empatara a uno con el Belgrano de Córdoba, consumando así su descenso a la categoría de plata del fútbol argentino. Los seguidores lanzaron objetos desde las gradas, obligando al árbitro a dar por finalizado el partido en el minuto 44 de la segunda parte. Tras el pitido final, los hinchas comenzaron a destrozar las instalaciones del recinto deportivo, arrancando incluso las butacas de las gradas, e intentaron acceder a los banquillos. Los policías lo impidieron, aunque para ello tuvieron que enfrentarse cuerpo a cuerpo a los aficionados.

Desalojado el estadio, los disturbios se trasladaron a sus alrededores. Los hinchas saquearon algunos comercios, quemaron contenedores de basura y lanzaron piedras a los efectivos de seguridad, a lo que estos respondieron con cañones de agua. Una vez controlada la situación, los jugadores de Belgrano saltaron al césped para celebrar su ascenso a Primera división con los seguidores que esperaban en una pequeña tribuna el comienzo de los festejos.

En este contexto, el fiscal Gustavo Galante ha ordenado clausurar el estadio para "preservar las pruebas" de los disturbios. Al parecer, ha abierto dos causas, una por daños y lesiones en riña a particulares y otra ante la sospecha de que la directiva de River facilitó el acceso al estadio de 13.000 aficionados más de los permitidos.

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