A veces parece que ni está ni se le espera. Y eso que dirige la entidad polideportiva más importante del mundo. Sandro Rosell i Feliu (Barcelona, 6 de marzo de 1964) cumple este lunes un año como máximo mandatario del Barcelona. 365 días marcados por los éxitos deportivos del equipo de fútbol, la línea de austeridad económica trazada desde la Junta Directiva y una escasa exposición de su presidente ante los medios.
Alejado de los exabruptos y la vehemencia de Joan Laporta, su predecesor en el cargo, Rosell parece el presidente invisible, pese a que en las pasadas elecciones fue el candidato más votado en la historia del Barça. En su toma de posesión, el 13 de julio de 2010, prometió "estar a la altura" del cargo y "hacer de la transparencia informativa una cosa normal", pero se olvidó de explicar que no sería él el encargado de dar cuenta a los socios de todo lo que sucede en un club de la repercusión mediática del Barcelona.
Y es que Rosell no salió a defender con contundencia a la institución que representa: ni cuando el técnico del Real Madrid, José Mourinho, denunció que el Barça contaba con el favor de la UEFA en la Liga de Campeones, ni cuando la Cadena COPE acusó al equipo de Pep Guardiola de doparse citando fuentes del club madridista, recuerda Efe. Al presidente de la entidad azulgrana se le ha acusado de exhibir demasiada tibieza en cuestiones que no son precisamente baladí, en guardar demasiado las formas ante su amigo Florentino Pérez y en llevar una política de comunicación de bajo perfil poco beneficiosa para la entidad azulgrana.
"5-0 para no perder la costumbre"
El propio Guardiola, el portavoz de la junta, Toni Freixa; o el vicepresidente económico, Xavier Faus, se han visto obligados a dar la cara en asuntos de cierta trascendencia institucional cuando debía haber sido Rosell como máxima autoridad del club quien lo hiciera. De hecho, en este primer año, el presidente sólo ha patinado una vez por exceso: cuando en el marco de un acto solidario apostó varios kilos de alimentos para los más necesitados a que el Barça ganaría 5-0 al Real Madrid en la final de la Copa del Rey, ganada por los blancos (1-0) con un gol de Cristiano Ronaldo en la prórroga.
Que Sandro Rosell no iba a ser un presidente de marcada personalidad y de los que siempre toman partido ya se vio en la Asamblea Extraordinaria del club en la que se aprobaron las cuentas de la famosa due dilligence y se decidió ejercer una acción de responsabilidad contra Laporta y la anterior directiva por las pérdidas del último ejercicio. A la hora de votar aquella decisión sin precedentes, Rosell lo hizo en blanco.
Qatar Foundation
Si en la parcela institucional ha estado literalmente ausente –tampoco ha aparecido en la mayoría de los desplazamientos del primer equipo–, en materia económica Rosell pasará a la historia por haber firmado un suculento acuerdo de patrocinio con Qatar Fundation por el que los azulgrana percibirán 165 millones de euros en cinco años. Un contrato sin duda polémico por la dictadura en Qatar.
Con ese dinero, el Barça seguirá invirtiendo en un proyecto futbolístico de éxito mundial –esta temporada el equipo culé ha ganado la Champions y la Liga– y enjugará la deuda de la entidad, que con Rosell ha pasado de 431 millones de euros a 364 millones, pese a que el club ha generado este ejercicio un déficit de 21 millones, tal como estaba previsto.
Recortes en las secciones
Los recortes económicos que la nueva Junta Directiva azulgrana ha acometido en todas las parcelas del club ha sido otro de los signos de identidad del Barça de Sandro Rosell. Esa línea de austeridad económica ha llevado al FC Barcelona a disminuir un cinco por ciento el presupuesto de las secciones profesionales en los próximos cinco años, pese a los éxitos deportivos de las mismas.
El baloncesto, el balonmano y el fútbol sala han vuelto a dominar la mayoría de competiciones y sólo el hockey patines ha entrado en una decadencia que ha provocado la salida del equipo de Ferran Pujalte y Quim Pauls, entrenador y secretario técnico respectivamente.
Aún así, las secciones profesionales son deficitarias, así que la junta de Rosell ha decidido reducir el coste de las mismas, además de desmantelar la sección de béisbol y circunscribir la participación del resto de secciones amateur a los campeonatos que se disputen en Cataluña. El presidente ha encontrado una gran oposición a esta última decisión e incluso sus rivales en las urnas durante las pasadas elecciones –Agustí Benedito, Marc Ingla y Jaume Ferrer– le han enviado una carta abierta recordándole que uno de los signos de identidad del Barça es su carácter polideportivo y pidiéndole que reconsidere su postura.
Remodelación del Camp Nou
Tras esta primera temporada en el cargo, Sandro Rosell afronta nuevos retos para la próxima, entre ellos, la de mejorar la ambientación del Camp Nou con la creación de una grada joven ubicada en el gol norte y con capacidad para 1.400 aficionados que se pondrá en marcha en breve.
La remodelación del estadio y la construcción del nuevo Palau Blaugrana, que deben ir de la mano de una reordenación del entorno de Les Corts que será conocido como Espai Barça son sus proyectos a largo plazo.