"Es una prueba (del nivel) del tenis chino. Quizá China no es como Suecia, ellos tienen muchos números 1, pero creo que el tenis en China está creciendo más y más", ha comentado Na Li tras destronar a la italiana Francesca Schiavone por 6-4 y 7-6 (0) en la final de Roland Garros.
La china, pletórica, ha explicado que lo acontecido es "un sueño hecho realidad", después de haber perdido su primera final de un "grande", en la última edición del Abierto de Australia. "Cuando era una jugadora joven, quería ser una campeona de Grand Slam. Y hoy... alguien decía que era mayor así que, ya ves, una jugadora mayor puede cumplir sus sueños" aunque "no es fácil".
Sin entrar en detalles técnicos sobre su victoria ni dar demasiada importancia a su gesta, desde una perspectiva histórica, la china reconocía que era una olla de nervios durante la presión y que la ventaja en el marcador no la tranquilizaba porque una rotura de servicio no significa nada.
Animada a hacer un paralelismo entre las revueltas de la plaza de Tiananmen entre los 3 y 4 de junio de 1989 y su "revolución tenística" justo 22 años después, Na Li se ha limitado a contestar que ella es soólo "una jugadora de tenis" y ha rehusado mezclar política o historia con su corona de ganadora de Roland Garros.
Na Li se convertirá el próximo lunes en la jugadora asiática que más alto ha llegado en el ránking. Además, su compatriota Shuai Peng pasará a ser la número 20. Según datos de la WTA, la participación de Li en la final del Abierto de Australia este año fue uno de los acontecimientos deportivos más seguidos, y fue visto por un total de 60 millones de telespectadores en ese país, y televisado por tres cadenas de televisión. Li se ha convertido en la deportista femenina más seguido del momento, con un total de 1,8 millones de seguidores, según la WTA.