Oiarzabal ofrecía este miércoles una rueda de prensa en Vitoria, sin desperdicio alguno, en la que, entre otras cosas, se dedicaba a criticar duramente a Edurne Pasaban –primera mujer en subir los 14 ochomiles,– por considerar que ha utilizado su rescate en el descenso del Lhotse, en la cordillera del Himalaya, para tapar "su fracaso" en su intento por ascender el Everest sin oxígeno.
Oiarzabal dijo que Edurne Pasaban se ha erigido en la "princesa del pueblo" y que está demostrando con su actitud que "se le ha ido la olla". Además, aseguró que sólo recibió ayuda por parte de los sherpas de la expedición de Edurne Pasaban durante la "última media hora" del descenso hasta llegar al campo base.
Estas duras acusaciones le han pillado por sorpresa a Pasaban en Katmandú, la capital de Nepal. Allí se encuentra preparando el viaje de regreso a España. La guipuzcoana y su grupo llegarán el viernes a Madrid y tienen previsto ofrecer una rueda de prensa para explicar todo lo ocurrido en la travesía.
De momento ha hablado en una entrevista a Diario Vasco, en la que Edurne se muestra muy sorprendida por las declaraciones del montañero alavés, pero de momento rechaza responderle. "Prefiero no hacer ningún comentario", dice la guipuzcoana, que sí habla sobre sus planes de futuro, que pasan por hacer la travesía de la montaña a pulmón libre. Es decir, cruzar el Everest subiendo por la vertiente tibetana y bajando por la nepalí.
"No ha sido un fracaso"
En cuanto al balance que hace de la ascensión al Lhotse, Pasaban asegura que "por una parte ha sido positivo. "Queda muy bonito, porque hemos tomado parte en un rescate, hemos vuelto todo el equipo al completo y sin problemas de ningún tipo, y la experiencia ha sido positiva y enriquecedora".
"Pero también es verdad", reconoce, "que mucha gente podrá decir que le estoy buscando excusas al hecho de no haber hecho cumbre. Si miramos al objetivo fundamental para el que hemos venido al Everest, que era ascenderlo sin oxígeno artificial, el balance es que nos vamos sin la cumbre. Y efectivamente desde ese punto de vista no es del todo positivo o satisfactorio".
Preguntada por si se trata de un "fracaso", Edurne no está de acuerdo y asegura que "un fracaso hubiera sido si alguno de nosotros hubiese venido mal o hubiera ocurrido una desgracia. No creo que el no conseguir un objetivo signifique automáticamente que hemos fracasado. No ha habido cumbre y no es un éxito, pero tampoco es un fracaso. La montaña es así".
Además, la montañera insiste en su idea de que "el Everest es un negocio. Y lo sigo pensado. Y esa imagen se acrecienta cuando tienes la oportunidad de conocer por dentro esas expediciones. Es un business. Y por lo que he visto, los sherpas tampoco están tan descontentos con ellos. Al contrario, parecen que están muy contentos trabajando con ellos. Es un businnes total. Y muy bien organizado, por cierto. Luego otra cosa es que nosotros, los alpinistas digamos profesionales, lo aceptemos o no. Pero es una realidad".
De momento son las primeras impresiones que ofrece Pasaban de su experiencia en el Lhotse y del polémico descenso, en el que Oiarzabal sufrió un colapso y tuvo que llegar al campo base en camilla y con oxígeno. Este viernes ahondará en la cuestión, y tal vez, esta vez sí, responda a Juanito en una esperada rueda de prensa en Madrid.