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El Bilbao Basket culmina la machada y elimina al Madrid

El Real Madrid ha vuelto a caer en su visita a la cancha del Bizkaia Bilbao Basket, que alcanza por primera vez la final de la Liga ACB.

Los jugadores del Bilbao Basket celebran el pase a la final de la ACB. | EFE

El Bizkaia Bilbao ha rematado al Real Madrid en el cuarto partido de la serie de semifinales por el título (80-72) y ha completado la hazaña de meterse en la final de la Liga ACB y, por ende, casi con seguridad asegurarse un plaza en la próxima edición de la Euroliga.

Lo que ha vivido el club bilbaíno es algo difícilmente imaginable para un proyecto con apenas once años de vida y que hace dos semanas no había ni ganado su primer partido de play-offs en la ACB. El equipo ideado por Gorka Arrinda y dirigido con asombroso magisterio por el griego Fotis Katsikaris ha certificado la machada en uno de los peores escenarios que se planteaba, el de tener enfrente a un Madrid acorde a su historia y dispuesto a vender cara su derrota, en vez del gélido e ineficaz rival al que vapuleó hace dos días en esta misma cancha.

Un Bilbao Arena repleto y con un efecto Miribilla que se llevó por delante lo poco que quedaba ya de un proyecto blanco con muchos síntomas de agotamiento.

No ha estado el Madrid a la altura en esta serie, aunque es verdad que se ha encontrado con un rival en estado de gracia. Llegaron igualados al último minuto (70-70), pero ahí ganó el que más lo deseaba. Y ese era un Bizkaia que ya nunca olvidará a Aaron Jackson, autor de 17 puntos y 24 puntos de valoración, protagonista principal del choque con 6 tiros libres decisivos entre los últimos 8 puntos de su equipo.

Como tampoco a Dimitrios Mavroeidis, Axel Hervelle y Marko Banic (12 y 17), que han completado una serie espléndida ante un contrario con una increíble batería de gigantes a los que han empequeñecido un día sí y otro también.

Incluso en el último cuarto, cuando Emanuele Morin tiró de dos de sus torres, Ante Tomic (17 y 23) y D'Or Fisher (12 y 16) para tratar de decantar definitivamente el partido. No lo logró porque parecía estar escrito que era el día que en que el Bilbao Basket iba a lograr el mayor hito de la historia del baloncesto vizcaíno, poco acostumbrados a tan elevadas citas.

Una salida briosa, con siete puntos seguidos de Tomic, adelantaron que el Madrid no estaba dispuesto a permitir que le pasara de inicio lo de sus penosos dos últimos primeros tiempos. No obstante, tras adelantarse 2-9 y 7-13 volvió a caer en la maraña defensiva del Bizkaia, que con un parcial de 12-3 dio la vuelta al marcador (19-16) antes de llegarse al final del primer cuarto de nuevo con ventaja visitante (19-20).

Tan exigua diferencia en el electrónico avanzaba el tramo de igualdad que iba a suponer el segundo cuarto hasta que, a poco del descanso, los de Molin volvieron a verse con una buena renta por delante (32-39). Reaccionaron de nuevo los locales, más corales que los blancos, que tiraban mucho de Sergio Rodríguez y Llull, para acercarse (38-39) y no llegar muy alejados al descanso (38-41).

En la segunda parte el efecto Miribilla empezó a arreciar, como la defensa local, que provocó dos máximas ventajas de los de negro (48-44, 50-46) en medio de cierto desconcierto rival. Aguantó el tirón el Madrid con un par de canastas de Fisher y otra vez las cosas se equilibraron al máximo (50-50), con solo 12:21 por jugarse. Un triple de Tucker completó un valioso 0-7 para su equipo (50-53), pero el choque no cambió de dinámica a la conclusión del tercer cuarto (54-55).

Hizo un amago de escapada el Madrid al inicio del último cuarto (56-62) y parecía sobrevolar sobre Miribilla el fantasma del quinto partido, pero de nuevo se levantó el Bizkaia para, de la mano de un fantástico Jackson (8 puntos y 15 de valoración), aguantar, primero, el tirón del conjunto blanco y, después apuntillarle con penetraciones imposibles y entereza desde el tiro libre.

Fue desde esa posición donde consiguió seis de los ocho últimos puntos de su equipo desde el 70 iguales con el que se llegó al último cuarto. Los otros dos puntos locales llegaron en una canasta a aro pasado de Hervelle que plasmó en toda su dimensión la determinación con la que su equipo ha encarado los play-offs, la serie contra el Madrid y este cuarto partido de ella.

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