En los 25 años que lleva Sir Alex Ferguson como entrenador del Manchester United, lógicamente, ha cometido más de un error. Y aún así es obvio que son muchos más los aciertos que ha cosechado el escocés en ese tiempo. Pero es muy probable que de lo que más se arrepienta sea de subestimar a Gerard Piqué y permitir su marcha al Barcelona a un precio ridículo.
No hay que olvidar que el central catalán se marchó con 16 años al Manchester United, y fue ahí, junto a futbolistas como Giggs, Scholes, Neville, Cristiano Ronaldo o Tévez, y bajo las órdenes de Ferguson, donde se formó como hombre y como magnífico defensa.
Piqué siempre reconoce que con los red devils aprendió "a defender sin balón" y "a saber competir y ganar", porque entonces no bastaba con ser grande y ser bueno: había que ser el mejor en todas las facetas del juego. Eso es lo que requería un equipo grande como el Manchester.
Después de un año cedido en el Zaragoza –la temporada 2006/07-, en el que cumplió con creces, Piqué volvió a la plantilla de los red devils con la intención de quedarse. Sin embargo, no terminó de hacerse un hueco ante la seguridad de la pareja Ferdinand-Vidic en el eje de la zaga, pese a que participó en varios encuentros e, incluso, figura en su haber la Champions del 2008.
Pero en el verano siguiente Alex Ferguson, en el que probablemente haya sido el mayor error de toda su carrera, aseguró que no terminaba de confiar en el catalán, y que éste debía hacerle un hueco en la plantilla a Jonny Evans, el nuevo niño mimado del ManU, y por tanto el club debía buscar una salida al catalán.
Fue entonces cuando apareció la figura de Txiki Begiristain que, en representación del Barcelona, ofreció menos de seis millones al Manchester por la contratación de Piqué. Y todos contentos, porque en ese momento los ingleses vieron buena esa cantidad por un futbolista con el que no contaban; el Barça veía que se llevaba a precio de saldo a un pedazo de defensa, y el central regresaba al club con el que siempre había querido triunfar.
Hoy, tres años después, el tiempo ha dado y quitado razones. Y está claro quién ha salido ganando. Piqué se ha convertido en uno de los futbolistas más importantes del Barcelona, con el que se ha proclamado campeón de Europa en dos ocasiones, y de la selección española, con la fue campeón del mundo el pasado verano. Ha sido elegido dos años seguidos en el once ideal de la Champions, y nadie duda de que actualmente es uno de los mejores centrales del mundo, ni siquiera Ferguson.
Por cierto, Johny Evans ha disputado sólo 12 partidos con el Manchester esta temporada, y tanto O’Shea como Smalling le han pasado por delante en el puesto de central.