"Wembley forma parte de la historia del Barça y nosotros queremos escribir una línea más de esa historia, en el mismo escenario, este 28 de mayo", dijo hace poco el lateral azulgrana Eric Abidal, consciente de que en el club catalçan existe un antes y un después de aquella finalísima ante el Sampdoria genovés.
En realidad no será el mismo escenario porque el viejo Wembley en el que el conjunto azulgrana conquistó su primer gran título europeo con un golazo de falta de Roland Koeman en el minuto 112, fue demolido en 2003, tras 80 años de historia.
Allí, además de la última final de la Copa de Europa -a partir de la temporada siguiente pasó a denominarse Liga de Campeones- se disputaron los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, el Mundial de Fútbol de 1966, cuatro finales más de la máxima competición continental y otras dos finales de la Recopa.
El nuevo Wembley, proyectado por Norman Foster y con capacidad para 90.000 espectadores, será uno de los iconos de los Juegos Olímpicos de Londres del año que viene, y aunque conserva la misma ubicación de antaño, en él ya no se respira la misma atmósfera.
Las torres gemelas que daban la bienvenida al visitante han sido sustituidas por una estatua de bronce de Sir Bobby Moore, capitán de la selección inglesa campeona del mundo de 1966, ha desaparecido la pista de atletismo y el terreno de juego, que puede taparse con un techo retráctil, es ligeramente más estrecho que el anterior.
Concluyendo, el estadio es más moderno, más amplio, más cómodo y más funcional, pero no tiene ni la magia ni el encanto del vetusto Wembley construido en 1923 y que pasó a formar parte del imaginario culé hace diecinueve años.
En el remozado recinto londinense, Abidal disputó con Francia un amistoso ante Inglaterra en noviembre del año pasado. Los 'blues' ganaron 1-2 y, al acabar el partido, el defensa del Barcelona avisó a sus compañeros de que regresaría a Wembley para disputar la final de la Liga de Campeones.
Entonces, Benzema, Malouda, Nasri y compañía se tomaron a broma su comentario, y "Abi" decidió dejar constancia del mismo con una nota escrita de su puño y letra que guardó en una las taquillas del vestuario visitante: "Ahora que regresamos, espero que aún siga allí", apunta, según informa Efe.
Inaugurado el 24 de marzo de 2007 con un amistoso entre las selecciones sub-21 de Inglaterra e Italia, tras invertir en su construcción 757 millones de libras esterlinas (1097 millones de euros), al estadio le falta todo el poso deportivo que tenía su predecesor. De momento, se ha convertido en la sede de los partidos que disputa la selección inglesa como local, de las finales de la FA Cup, Carling Cup y Community Shield y de los encuentros que la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) celebra fuera de Estados Unidos. La final de la "Champions", que enfrentarán al Barcelona y al Manchester United el próximo día 28, será su primer gran acontecimiento deportivo.
Wembley, el estadio donde empezó todo
Wembley, el mítico estadio londinense donde el Barcelona conquistó, en su tercer intento, su primera Copa de Europa.
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