El Mundial de Fórmula 1 parece estar perdido para Fernando Alonso, que este domingo protagonizó en Montmeló, durante el Gran Premio de España, una de las mejores salidas que se recuerdan en los últimos años. El piloto asturiano lideró la carrera durante 19 vueltas, pero al final no sólo perdió la carrera al acabar en quinta posición, sino que además acabó siendo doblado a dos vueltas del final al rodar entre tres y cuatro segundos más lento que los hombres de cabeza. De nuevo Ferrari empleó una táctica errónea al hacer rodar al español el último relevo de 26 vueltas con un juego de neumáticos duros.
El próximo fin de semana, durante la disputa del GP de Mónaco, el F150º Italia deberá ir mucho mejor porque Pirelli llevará para esta carrera los neumáticos blandos y súper blandos, con los que el coche rojo se muestra mas competitivo y con los que, dadas las características del circuito, Alonso podría aspirar a la victoria. A mitad de junio, en Canadá, además de llevar Pirelli los mismos compuestos que en Mónaco, el Cavallino Rampante también experimentará importantes modificaciones.
Pero puede que para entonces sea ya demasiado tarde para luchar por un Mundial que se le ha puesto cuesta arriba a Fernando Alonso. Después de cinco de 19 carreras disputadas, el ovetense es quinto en la clasificación con 51 puntos, a 67 de Sebastian Vettel (Red Bull).
El alemán va camino de revalidar el título que consiguió el año pasado al haber ganado cuatro de las cinco primeras carreras: Australia, Malasia, Turquía y España. En la única en la que no pudo sumar la victoria fue en Turquía, donde acabó segundo sólo por detrás del inglés Lewis Hamilton (McLaren), su máximo perseguidor en la lucha por el título con 77 puntos.
Además de los problemas con los neumáticos, en Ferrari también tienen serios contratiempos aerodinámicos por utilizar un túnel de viento obsoleto y por contar con un coche muy conservador respecto al reglamento, como es el caso del alerón trasero estrenado en Barcelona.
Con todos estos problemas, mucho tendrían que cambiar las cosas de aquí al final del campeonato para que Fernando Alonso pueda luchar por su tercer Mundial de Fórmula 1. Como ocurrió el año pasado, cuando el ovetense tuvo el título en sus manos en la última carrera en Abu Dabi, pero vio como su propio equipo se lo quitaba con una táctica inexplicable.