Con su estilo de toda la temporada, el que le ha llevado a ser subcampeón de Copa, a la final de la Copa de Europa, y el que le va a llevar a ser campeón de Liga, el Barcelona se ha llevado el derbi catalán en su estadio al imponerse al Espanyol (2-0) y, de este modo, se queda a sólo un punto de hacerse con la competición de la regularidad por tercera ocasión consecutiva desde que llegara Guardiola al banquillo azulgrana.
Desde el comienzo el Barça se adueño del balón, y ya no lo entregó hasta que el árbitro señaló al final. Por momentos, maravilló, como en el primer tanto, cuando Iniesta enganchó un balon en la esquina del área, encaró, dribló, recortó, y fusiló a Kameni, el mejor perico esta noche. En otros, aburrió, pero eso sirvió para maniatar al Espanyol, que apenas pudo mostrar ningún contraataque, sin duda su mejor arma.
Con el golazo del de Fuentealbilla nos marchamos al descanso, y con el de Piqué arrancó el segundo acto. Xavi botó un saque de esquina, la defensa del Espanyol se durmió, y el central catalán apareció por ahí para, sin oposición, rematar de cabeza al fondo de la red.
A partir de ahí el encuentro se terminó. El Barcelona durmió aún más el balón, y el Espanyol, pese a los cambios de Pochettino, apenas inquietó a un desaparecido Víctor Valdés. Y eso que necesitaba la victoria, porque ahora mismo se queda octavo a cuatro puntos de los puestos que dan acceso a Europa.
Mazazo de Osasuna en La Romareda
El conjunto de Mendilíbar ha dado un golpe sobre la mesa y ha revuelto, aún más si cabe, la zona de descenso después de lograr una victoria vital en su visita a La Romareda, donde se ha impuesto (1-3) a un Zaragoza que queda muy tocado.
Comenzaron bien las cosas para los de Aguirre, que en un encuentro que se presentaba como una final se adelantaron en el marcador merced al tanto de Lafita en el minuto 15. Con ese resultado se llegó al descanso, y nada hacía esperar la reacción rojillo, pues en el primer acto Osasuna había pasado desapercibido.
Sin embargo, en la segunda mitad cambió radicalmente el guíon, y gracias a los goles de Camuñas primero y Sergio después los de Mendilíbar le dieron la vuelta al marcador. En la recta final del encuentro, ya con el Zaragoza buscando al menos un punto, llegó el tercero, el de la sentencia, obra de Kike Sola, rubricando un resultado que deja a los pamplonicas con 41 puntos, y al Zaragoza en el puesto 17 con 39 puntos, los mismos que el Deportivo, que termina la jornada en puestos de descenso.
Mallorca y Villarreal empatan, y tan contentos
En el otro partido de la jornada dominical, disputado a las doce de la mañana en el Iberostar Estadi, Mallorca y Villarreal empataron a nada en un encuentro sin mucha historia, y en el que pesó demasiado el miedo a perder de ambos conjuntos.
Mucha expectación se había creado en torno al choque, sobre todo desde el seno bermellón, deseoso de vengar sobre el terreno de juego lo que el Villarreal, Federación Española de Fútbol y UEFA mediante, le robó el pasado verano en los despachas. Pero toda esa expectación se fue diluyendo a medida que pasaron los minutos.
Porque si bien en la primera mitad hubo buenas ocasiones para ambos conjuntos, sobre todo un disparo de Rossi al palo, en la última media hora ninguno de los dos conjuntos se atrevió a ir a por la victoria, conscientes de que, tal y como están las cosas, un punto podía ser bueno.
Y es que con este resultado el Mallorca se consolida en la zona media de la tabla con 43 puntos, acariciando ya la salvación, mientras que el Villarreal confirma la cuarta plaza, que le da acceso a la Copa de Europa.