Frank De Bleeckere no pasó ni mucho menos desapercibido en el Camp Nou, en la vuelta de semifinales de la Champions entre Real Madrid y Barcelona (1-1). Aunque él mismo dice estar "muy satisfecho" con su actuación, lo cierto es que se le vio a leguas el doble rasero y el arbitraje casero.
Pero la gota que colmó el vaso de la exasperación madridista llegó al comienzo de la segunda mitad, cuando anuló un gol legal a Higuaín por entender que Cristiano Ronaldo había cometido una falta previa sobre Mascherano, cuando lo cierto es que el delantero portugués había sufrido justo antes un agarrón de Piqué.
De Bleeckere ya había sido señalado días antes por José Mourinho, incluso antes de conocer que iba a ser él quien pitaría el último de los cuatro clásicos. En la rueda de prensa posterior a la derrota del Madrid contra el Barça en el Santiago Bernabéu (0-2), el técnico portugués recordó cómo el año pasado este mismo colegiado expulsó a Thiago Motta, en el duelo de vuelta de semifinales en el Camp Nou entre los azulgrana y el Inter de Milán (1-0), por un supuesto codazo a Sergio Busquets, que desde el suelo hizo teatro al fingir los gestos de dolor en la cara.
Este polémico árbitro belga (Oudenaarde, 1 de julio de 1966), que se desempeña como relaciones públicas de una empresa fabricante de escaleras en su país, ya arbitró al Real Madrid el 21 de octubre de 2009 en el Bernabéu ante el Milan, en un partido que el conjunto blanco perdió por 2-3.
De Bleeckere pertenece a la tercera generación de árbitros en su familia y es internacional desde 1998. Tres años después pitó su primer partido de Liga de Campeones y, entre otras competiciones, estuvo presente en la Eurocopa de 2008 y en el último Mundial de Sudáfrica en 2010.
Fue elegido Árbitro del Año en Bélgica en 2000, 2001, 2002 y 2003, además de tercer mejor colegiado del mundo en 2008 según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IIFHS).
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