El entrenador del Barcelona está intranquilo, y es normal. Por primera vez en su carrera como técnico ha perdido una final, además ha sido contra el eterno rival, y ahora le toca pasar la reválida en semifinales de Champions con un equipo al límite físicamente. Para mayor dolor de cabeza, las lesiones en la zaga le harán improvisar una defensa de circunstancias y, ante todo, está la sombra de Mourinho, que le tiene comida la moral.
El entrenador del Real Madrid lleva toda la temporada enviando mensajitos en el Puente Aéreo y, por fin, llegó la respuesta. Guardiola habló de los árbitros y le ha salido bien la jugada, de momento. Ante los rumores que situaban al portugués Proença como encargado de dirigir la semifinal, la UEFA ha hecho oficial que pitará el alemán Stark, que no señaló un claro penalti a los blancos en Lyon. Guardiola puede estar "felicísimo" por la decisión. Y sus críticas a los colegiados no sólo van dirigidas a Europa, sino que dejó un mensaje al linier de la final de la Copa del Rey, pese a que acertó en anular el tanto a Pedro.
En esa guerra dialéctica que mantienen Guardiola y Mourinho desde las ruedas de prensa, esta vez, el catalán se adelantó al entrenador del Real Madrid. Guardiola sacó todo su repertorio en la rueda de prensa del Camp Nou posterior al partido contra Osasuna para vestirse en su papel victimista, esta vez más que nunca, y traspasar así toda la presión a los futbolistas del Real Madrid.
En sus tres visitas al Bernabéu como entrenador, Guardiola ha ganado dos veces, con resultados amplios (2-6 y 0-2), y ha empatado una (1-1), sin embargo, asume "el papel de favorito del Real Madrid". De eterno humilde, ahora, en el momento más crítico, Guardiola no se esconde y va de víctima.
Veremos si le funciona el cambio de táctica en el doble enfrentamiento en semifinales de Champions. Parece que Jose Mourinho le tiene minada la moral, pero quedan los dos clásicos más importantes y aún Guardiola puede reír el último.