Esta proeza le ha servido a Sam, de 28 años, para perder la cantidad de 15.000 calorías tras acumular 29 horas de ejercicio ininterrumpido y, según las propias palabras del maratoniano, hubiera seguido un rato más.
El corredor, que llevaba en sus piernas acumulados 201,49 kilómetros, ha asegurado que "correr estaba bien" pero que "parar fue la parte más dura". "Tenía que ir haciendo pequeños descansos para reponer el líquido perdido del cuerpo, pero cuando me detenía, mis piernas se paralizaban por lo que no podía estar mucho tiempo quieto".
"En términos de cansancio, mis piernas se sentían bien, así que lo peor era sin duda tener que ir comiendo para poder remplazar las calorías que iba quemando", añade.
Sam completó el maratón de Londres en tres horas y 45 minutos, casi el doble de tiempo que el ganador de la prueba, el keniano Emmanuel Mutai (2h.00:04). Martin Lel y Patrick Makau, sus compatriotas, le acompañaron en el podio.