La tensión de los futbolistas ante los cuatro clásicos que van a marcar la temporada es evidente. Algunos apuntan a que el Real Madrid tiene más presión porque la necesidad histórica de títulos empieza a acuciar mientras su eterno rival levanta copa tras copa. Sin embargo, la tensión en can Barça también es evidente, ya que, el mejor equipo de la historia denominado por casi todos, se pudiera ver sobrepasado por su eterno rival, y por Mourinho.
El ejemplo más clarificador de esa tensión se vio en Leo Messi. Constantemente cubierto por tres jugadores del Real Madrid, el argentino, aún así, fue de los mejores de su equipo, pero protagonizó la acción más bochornosa del encuentro al mandar un fuerte pelotazo a la grada. Incomprensiblemente, el árbitro del encuentro, Muñiz Fernández, ni siquiera le amonestó.
En su nueva posición de mediocentro, Pepe fue capaz de desquiciar hasta el propio Leo Messi, un jugador que se caracteriza por no decir una palabra más alta que la otra ni hacer un gesto de menosprecio al rival. Hasta que llegó al Santiago Bernabéu. ¿Qué hubiera pasado si el pelotazo lo hubiera dado Cristiano Ronaldo?
Tanto Cristiano Ronaldo como Messi rompieron gafes en el clásico del sábado. El argentino logró meter un gol a un equipo entrenado por Jose Mourinho, mientras que el luso le hizo su primer gol al Barcelona. Los dos tendrán que dar un paso al frente el miércoles para ayudar a sus equipos a levantar el primer trofeo del 2011.