Dos horas después del esperpento blanco llegaba el turno para que el Barça aprovechara la perfecta ocasión. Y así lo hizo. Un tanto polémico de Piqué en la segunda mitad plasmó la superioridad azulgrana, pese a las numerosas bajas y a la suplencia de Messi. El Villarreal no fue el equipo combinativo y vertical que suele ser y pagó caro un planteamiento demasiado tímido.
Aunque el balón estuvo en todo momento en poder del Barcelona, con un centro del campo novedoso -entraron Thiago y Afellay-, el Villarreal gozó de dos grandes ocasiones en la primera mitad en los pies de Giuseppe Rossi. El italiano se chocó en las dos ocasiones con un inspirado Víctor Valdés.
Los de Guardiola no creaban ocasiones demasiado claras porque Villa no tuvo su día y Messi estaba en el banquillo, pero el dominio del balón era claro. En la segunda mitad, ya con Messi en el campo, llegaría el tanto que vale una Liga. A la salida de un córner, Piqué recogió un balón, quizá controla con la mano, y fusila a Diego López. Era el justo premio a la superioridad visitante. Aún así, el Villarreal aún pudo empatar, pero de nuevo apareció la figura salvadora de Valdés en una volea de Santi Cazorla.
Con el pitido final, los jugadores del Barcelona se abrazaban en el centro del campo, sabedores de que no era una victoria cualquiera. Era una Liga.