¿Dónde se jugará la final más esperada?
Real Madrid y Barcelona se reunirán con la Federación Española para llegar lo antes posible a un acuerdo sobre la sede de la final de Copa.
El estadio de Mestalla, con capacidad para 55.000 espectadores, se perfila como principal favorito para albergar la final de la Copa del Rey, que el próximo 20 de abril enfrentará al Barcelona (25 títulos) y al Real Madrid (17).
Y es que la ubicación geográfica de Valencia, situada a 349 kilómetros de Barcelona y a 352 de Madrid, le dan como principal favorita. Otro factor determinante es la experiencia que tiene el estadio del Valencia en albergar este tipo de acontecimientos, ya que lleva ocho finales organizadas a lo largo de la historia (1926, 1929, 1936, 1990, 1993, 1998, 2000 y 2009). En la última que acogió, hace dos temporadas, el Barcelona ganó al Athletic de Bilbao por 4-1.
Aparte de Mestalla, las opciones para albergar la final de Copa son La Romareda, el Santiago Bernabéu, el Camp Nou y La Cartuja.
El Barcelona ya ha dicho que no le importaría jugar en el Bernabéu, aunque en el Real Madrid aún pesa como una losa el recuerdo del Centenariazo, la final del año 2002 perdida por los blancos, ante su propio público, contra el Deportivo de La Coruña (1-2). Tampoco es que en el madridismo agrade precisamente la idea de jugar en el Camp Nou después del 5-0 encajado el pasado mes de noviembre.
Al igual que Valencia, también Zaragoza está a medio camino entre la capital de España y la Ciudad Condal –a 325 kilómetros y 317, respectivamente–, aunque el estadio de La Romareda tiene un aforo de 34.596 espectadores. La Cartuja, por su parte, beneficiaría geográficamente al Real Madrid. El recinto olímpico de Sevilla sería clara favorita si la final se hubiese programado para un sábado al poder desplazarse las aficiones con mayor facilidad.
Cabe recordar que el reparto de entradas se divide en tres partes: los dos clubes implicados y la Federación Española. Así por ejemplo, si la final se juega finalmente en Mestalla, las localidades se distribuirían de la siguiente forma: un total de 36.666 a repartir a partes iguales entre Real Madrid y Barcelona, y 18.333 para la Federación, que pondrá a disposición del público general aproximadamente unas 3.000 localidades.
Quince millones para las arcas de la Federación
Por otro lado, un estudio publicado por Esteve Calzada, experto en mercadotecnia, agente de jugadores y ex director de mercadotecnia del Barcelona, revela que la Federación Española de Fútbol ingresará unos 15 millones de euros gracias a la final entre blancos y azulgrana. Según expone Calzada, los dos finalistas no ganarán dinero. Al contrario: deberán abonar las primas a sus futbolistas y únicamente el ganador de la final conseguirá un premio de un millón de euros.
La RFEF, a diferencia de lo que ocurre en las rondas eliminatorias, se queda con todos los derechos de explotación relacionados con la final. Los derechos televisivos de esa final, según expone, tendrán un valor mayor a lo habitual y Calzada los fija entre seis y ocho millones de euros.
Por la venta de entradas, en el caso de que se disputara el partido en Mestalla, los ingresos podrían ascender a los tres millones de euros (50.000 entradas –invitaciones al margen– a un promedio de 60 euros cada una). Por patrocinios y publicidad estática, la RFEF podría obtener unos tres millones de euros, mientras que por paquetes de hospitality (VIP) y concesiones de restauración, la cantidad podría ascender a un millón más.
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