Sergio Ramos ha sentido siempre la selección en lo más profundo de su corazón. Recuerda partidos de su infancia rodeado de seres queridos, sinsabores que ahora pueden convertir en éxitos. Sergio Ramos recibe a Efe en el 'cuartel general' de la selección a horas de la final. Muestra la tranquilidad y la confianza que tienen los ganadores. Por su cabeza solo pasa el triunfo. Tocar con los dedos el cielo y convertirse en el mejor equipo del planeta. Si lo consigue se realizará un nuevo tatuaje: la Copa del Mundo.
Pregunta: Estamos viviendo las horas más importantes de la historia del fútbol español. ¿Lo sienten en la concentración o la tensión del partido les aleja?
Respuesta: Claro que lo sentimos, a cada paso que hemos ido dando la espectación se ha ido incrementando. Te aseguro que para un futbolista no hay nada más grande en su carrera que la posibilidad de jugar una final de un Mundial representando a su país. Me siento un privilegiado. Estoy orgulloso de poder vivirlo.
La familia Ramos siempre fue una fiel seguidora de la selección española.
Es verdad, mis primeros recuerdos bien pequeño era ver junto a los míos los partidos de España. Nos juntábamos en casa con muchos familiares. Siempre ha sido especial. También la época en la que jugaba muchos partidos en el Sánchez Pizjuán. No me perdía ni uno pero es que además hasta me llevaban a entrenamientos. Ha pasado el tiempo y ahora soy yo el que tiene el lujo de poder escribir la historia junto a un grupo de jugadores que estamos consiguiendo retos importantes para nuestro país.
¿Es la actual la mejor generación de futbolistas de España?
Teniendo mucho respeto a las del pasado creo que sí. Si España está viviendo ahora esto también es por ellos, por el trabajo previo, por las decepciones vividas en Mundiales con grandes generaciones de jugadores. Nosotros formamos una muy unida. Ese es el gran secreto, el ambiente que tenemos. Llevamos un mes y medio fuera de nuestras casas, echando de menos a los nuestros y no ha habido ni un solo problema en la concentración. Luego en el campo se ve que son muchos años jugando juntos, nos entendemos con la mirada.
Vive un momento dulce, mostrando un gran despliegue físico en cada partido. Sólo le falta el gol.
¡Qué ganas tengo de marcar! No quiero ni pensar si lo consigo en la final (risas). He estado muy cerca en varias ocasiones pero lo más importante es el equipo, que marque quien marque podamos cumplir el sueño de toda España. Estoy contento por mi estado de forma y con el sistema que jugamos. Es de una amplitud que me permite estar presente en el juego ofensivo. Siempre pienso que mi primer objetivo debe ser defender y dejar la portería de Iker a cero, luego en función del partido y las características del rival puedo subir más o menos. Con los extremos que tiene Holanda habrá que medir bien cada vez que lo haga.
Contrasta su presente con los momentos de tensión que vivió antes de acabar bien la Eurocopa.
Aquellos fueron momentos que me sirvieron para crecer. Son situaciones que te depara el fútbol que tienen una cara buena y una mala. Los grandes saben levantarse y reaccionar cuando tienen un tropiezo. De los errores se aprende. En la Eurocopa hubo momentos de sufrimiento porque no empecé como me habría gustado pero luego fui a más. La discusión con Luis Aragonés me hizo reaccionar. Ahora, estoy orgulloso por el estado de forma con el que llegué al Mundial y satisfecho de lo que estoy aportando.
Ese momento duro lo ha pasado en esta ocasión Iker Casillas en el Mundial. Se ha llegado a dudar de él pero a la hora de la verdad sacó la mejor de sus caras.
Para nosotros Iker es el referente en todos los aspectos y nunca hemos dudado de él. Es nuestro capitán, el líder de la selección. Se han hablado muchas cosas que no le han hecho rebajar su nivel de confianza. Es un ganador. Comenzó el Mundial más flojo de lo que le habría gustado pero a la hora de la verdad ha sacado su verdadero nivel. En cuartos de final paró un penalti decisivo a Paraguay y en la semifinal con Alemania tuvo dos acciones que fueron clave.
¿De qué se acuerda antes de la final?, ¿siente nervios?
Siento que es el partido de nuestras vidas y el gusanillo antes de un encuentro que marca tu vida. Ahora más que nunca es cuando hay que intentar disfrutar de este premio porque es una recompensa a muchos años de lucha. Debemos aprovechar este momento y ser campeones. Recuerdo a mi familia, a los que me quieren y a la cantidad de aficionados que nos mandan todo su cariño. Todos merecen que consigamos esta gesta.
Holanda en la final, el reencuentro con viejos amigos.
Son una gran selección que ha hecho muchos méritos para llegar a la gran final. Ha mostrado un fútbol muy vistoso, ofensivo en todo el Mundial. Verme en el campo con antiguos compañeros como Sneijder, Robben, Huntelaar y un compañero como Rafa (Van der Vaart) va a ser especial. Están a gran nivel y habrá que frenarlos para empezar a ganar la final.
¿Qué debe hacer España para vencer a Holanda?
Nuestro fútbol, mantener nuestro estilo y mostrarlo como hicimos ante Alemania. En el Mundial hemos ido a más tras comenzar con un partido, ante Suiza, que nadie esperábamos. Esa derrota nos hizo ver que en estas competiciones no puedes pensar que ganas a nadie antes de jugar. Todos los partidos son complicados. Desde ese día hemos mostrado nuestro nivel hasta una semifinal en la que mostramos el fútbol que tanto éxito nos ha dado. Es el momento de mantenerlo en una final que todos soñamos con ganarla.
¿En sus mejores sueños entraba este momento?
Sin duda que cuando eres un niño siempre sueñas con jugar la final de un Mundial. Ahora se ha hecho realidad y tengo la gran suerte de ser protagonista. La Eurocopa fue un éxito inolvidable para todos y ahora España sigue haciendo historia. Me emociono con solo pensar en la imagen levantando al cielo la copa de campeón del mundo.