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Arrestado el hooligan que increpó a Beckham en el vestuario

El aficionado de 32 años que el viernes se coló hasta el vestuario inglés al término del partido contra Argelia en Ciudad del Cabo ha sido arrestado por la Policía en un hotel de Ciudad del Cabo. El aficionado les dijo a los futbolistas que su partido fue "una vergüenza".

Beckahm y Capello, durante el encuentro ante Argelia. | EFE

"La Policía sudafricana inició una investigación sobre el incidente inmediatamente después de ser informada de los hechos después del partido", ha explicado la portavoz policial, Sally de Beer.

El intruso, que según relató al Sunday Mirror se topó con el vestuario inglés cuando buscaba los lavabos, proporcionó sus datos a un oficial de la FIFA tras el incidente. La Policía examinó también las imágenes del circuito cerrado de televisión para repasar los movimientos del aficionado por el túnel y si hubo algún fallo en el sistema de seguridad.

Con los datos en la mano, la Policía averiguó su paradero en Ciudad del Cabo y ha sido arrestado en el hotel donde se alojaba. El Sunday Mirror publicó una entrevista con el supuesto intruso, un londinense llamado Pavlos Joseph, que al encontrarse en el vestuario inglés les dijo a los jugadores que su juego era "una vergüenza".

De acuerdo con su versión de los hechos, el seguidor del Manchester United se topó de repente con David Beckham y no dejó escapar la oportunidad para decirle lo que opinaba de la actuación de la selección nacional en el Mundial de Suráfrica tras el empate con Argelia. "Miré a David directamente a los ojos y le dije: 'David, hemos gastado mucho dinero para venir hasta aquí. Esto es una vergüenza. ¿Qué vais a hacer al respecto?'", le espetó.

Beckham le preguntó entonces quién era él, a lo que Joseph respondió: "Soy Pavlos y en realidad estoy buscando el lavabo". Según cuenta el aficionado, a continuación se dirigió a todos los jugadores de la plantilla, que estaban sentados en los bancos con sus toallas en la cintura: "(El empate con Argelia) ha sido lamentable, no ha sido suficiente", dice que les dijo. "La habitación estaba tan silenciosa que se podía oír caer un alfiler. Los jugadores tenían la cabeza baja. Parecían bastante avergonzados", asegura Joseph.

El aficionado aseguró al periódico que tenía entrada para el siguiente partido de Inglaterra, pero que no sabía si las autoridades sudafricanas le iban a impedir asistir o incluso expulsarlo del país.

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