Recibió la pelota Forlán en tierra de nadie, caracoleó con ella pegada a la bota derecha y vio un hueco donde nadie veía nada para inventarse un disparo desde fuera del área que se coló tan ajustado en la meta sudafricana que de volar un centímetro más arriba hubiese sido escupido por el larguero. Era el minuto 24 y Uruguay venía de intentarlo por medio de Suárez, después de que sobre el tapete del Loftus Versfeld hubiesen desplegado boca arriba sus cartas ambos entrenadores, sin sorpresas, con los onces anunciados, pero que no devinieron en el juego que hubiera sido predecible.
Salieron ambas escuadras dispuestas a hacerse con la pelota, a dominar la zona ancha y a negarle a los mejores jugadores esos destellos de genialidad que los distinguen del resto. Forlán jugaba muy encimado, sin espacios para girarse y encarar, mientras que Tabárez envió a sus tres delanteros, Forlán, Suárez y Cavani, a presionar la salida de la pelota de los sudafricanos, que optaban por rifarla en desplazamientos largos y al bulto. El resultado fue un partido de ida y vuelta, tenso, vivo, con llegadas a ambas áreas pero sin verdaderas ocasiones de gol hasta que Forlán encontró la red.
Uruguay tiene algo de lo que carece Sudáfrica: oficio, lo que sumado al mayor talento de sus jugadores y a la interpretación milimétrica que hicieron de las instrucciones de su entrenador, sirvió para negarle la pelota a Sudáfrica y también las ocasiones de gol, que se contaron con los dedos de una mano. Tuvo una Mphela al filo del descanso, tras conseguir cabecear un centro de Modise, que se perdió muy cerca del palo de Muslera, vestido de naranja fluorescente y muy poco exigido durante los noventa minutos.
Sudáfrica salió de la caseta revitalizada, más corajuda, quizás tras rememorar en los vestuarios cómo supieron metamorfosearse en el descanso de su debut mundialista frente a México, quizás comprometida con el esfuerzo de la grada, volcada en soplar sus vuvuzelas. Sin embargo, salió también sobreexcitada, a su juego le faltó temple, pausa, y nunca encontró como hacerle daño a la defensa charrúa comandada por Lugano y Godín, muy sólida todo el partido, tal y como lo había estado en su debut frente a Francia.
Uruguay mantuvo un orden casi militar atrás y Tabárez dio libertad absoluta a sus hombres más adelantados, que salían a la contra, cambiaban arbitrariamente de posición y veían cada vez más cerca la meta de los 'Bafana Bafana'. Pudo haber sido Suárez, que tuvo un par de ocasiones; o incluso Cavani, discreto toda la noche pero que también tuvo las suyas, sin embargo quien volvió a marcar fue Forlán, de penalti y tras la expulsión del meta Khune, castigada su falta con roja directa. Con un hombre más y dos goles arriba, Uruguay sólo tuvo que dejar pasar los minutos y esperar hasta que cayó el tercero, obra de Álvaro Pereira a pase de Suárez, para volver a cantar un victoria en un Mundial, la cual sucede a aquella que logró en Italia 1990 frente a a la República de Corea, con el solitario gol de Fonseca.
Ficha técnica
Sudáfrica, 0: Khune (Josephs, m.80); Gaxa, Mokoeba, Khumalo, Masilela; Dikgacoi, Letsholonyane, Modise (Moriri, m.57), Pienaar; Tshabalala; y Mphela
Uruguay, 3: Muslera; Maximiliano Pereira, Lugano, Godín, Fucile (Álvaro Fernádez, m.71); Arévalo, Diego Pérez, Álvaro Pereira; Forlán; Luis Suárez y Cavani
Goles: 0-1, m.24: Forlán; 0-2, m.79: Forlán, de penalti; 0-3, m.95: Álvaro Pereira
Árbitro: Massimo Busacca (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a Pienaar (min.6) y expulsó a Khune por roja directa (m.76)
Incidencias: Primer partido de la segunda jornada del grupo A del Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio Loftus Versfeld de Pretoria
Forlán acerca a Uruguay a octavos del Mundial
Uruguay ha cerrado un período de veinte años sin ganar un partido mundialista al imponerse (0-3) a Sudáfrica con dos tantos de Diego Forlán y otro postrero de Álvaro Pereira. Una victoria que deja a los charrúas a un paso de obtener el billete para octavos de final.
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