Llegó por fin el esperado debut del campeón del Mundo, Italia, en el Mundial, y fue toda una decepción. Los de Lippi, que sorprendentemente tuvieron la posesión del balón durante casi todo el encuentro, fueron incapaces de superar a una muy bien plantada Paraguay, perfecta en defensa, y con una capacidad de sacrificio mayúscula.
En un choque en el que ya se presumía que los sistemas defensivos serían la nota predominante, sólo a balón parado pudieran llegar los goles. Primero fue Alcaraz, en el 38, quien daba la sorpresa y adelantaba a Paraguay. Ya en la segunda mitad, fue De Rossi quien estableció la igualada, en el 62, tras un grave error de Justo Villar y Lucas Barrios.
La nacional italiana inició el encuentro sorprendiendo a todos, con un juego de toque de balón y ataque por las bandas, algo a lo que no nos tiene acostumbrados. Pero sólo fue un espejismo. Duró apenas 20 minutos, el mismo tiempo que le duró la gasolina a Montolivo. Preocupante. En cuanto desapareció el Caravaggio del fútbol italiano, la azzurra se esfumó. Y a Paraguay se le vio mucho más tranquila de lo que cabía presuponer.
El juego entró en un atasco continuo de ideas por ambos equipos, y sólo la estrategia parecía poder cambiar el sino del encuentro. Así fue. En el minuto 38 Riveros (quien, por cierto, mereció ser expulsado en el primer minuto) sacó una falta desde el lateral y Alcaraz, aprovechándose del error de Cannavaro en la marca, conectó un tremendo cabezazo que llevó el balón a la red.
El gol cayó como un jarro de agua fría sobre los italianos, que agradecieron a Armando Archudia que señalara el descanso. Y la segunda mitad arrancó con sorpresa: Buffon, lesionado, se quedaba en el vestuario y Marchetti, guardameta del Cagliari, entraba en su lugar. Prácticamente ni tocó el balón.
Italia salió con más corazón que cabeza, y aunque llegaba al área rival, las ocasiones no aparecían. Quizá por culpa de Gilardino, totalmente desaparecido, quizá por culpa de Iaquinta, muy mal pegado a la banda, o quizá por culpa de Pepe, el mejor de Italia hoy pero a quien se le nublaban las ideas al pisar el área.
Pero cuando más atascado estaba el juego, llegó el gol de De Rossi. Cómo no, a balón parado. Corría el minuto 62 cuando un Justo Villar se tragó el saque de esquina botado por Montolivo, y De Rossi, marcado por unas Lucas Barrios que estaba mirando Dios sabe hacia donde, sólo tuvo que empujarla.
A partir de ese momento, Paraguay fue sólo un recuerdo de lo que había sido, y la selección italiana, de nuevo guiada por Montolivo (alarmante la intermitencia de este pedazo de jugador) estuvo cerca de lograr el segundo. Pero no llegó. La falta de calidad arriba en la azzurra se dejó notar. La entrada de Camoranesi, también. Imposible hacer un partido más malo que el realizado hoy por el italoargentino. Todo lo hizo mal. Sólo la entrada de Di Natale, quizá algo tardía, pareció dar algo de aire a Italia, pero no lo suficiente como para superar a una defensa paraguaya que defendió con todo y con todos.
Al final, reparto de puntos en el estreno del Grupo E, que no sabe mal a ninguno de los dos contendientes. Para Italia es obvio que no es el estreno soñado, como selección grande que es, pero visto como transcurrió el encuentro, seguro que agradece el punto soñado. Paraguay, por su parte, hubiera firmado este resultado antes de comenzar el encuentro. Eso sí, ninguno de los dos podrá tropezar de nuevo si quieren llegar a octavos. Nueva Zelanda y, sobre todo, Eslovaquia, están al acecho.
Ficha técnica del partido
Italia, 1: Buffon (Marchetti, m.46), Zambrotta, Cannavaro, Chiellini, Criscito; Montolivo; De Rossi, Pepe, Marchisio (Camoranesi, m.58), Iaquinta y Gilardino (Di Natale m.73)
Paraguay, 1: Justo Villar; Bonet, Antolín Alcaraz, Da Silva, Morel; Vera, Cáceres, Riveros, Torres (Santana, m.60); Nelson Haedo (Santa Cruz, m.68) y Lucas Barrios (Cardozo, m.76)
Goles: 0-1, m.39: Alcaraz; 1-1, m.63: De Rossi
Árbitro: Benito Archundia (México). Mostró tarjeta amarilla a Víctor Cáceres (m.62) y Camoranesi (m.70)
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo F de la primera fase del Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio Green Point, de Ciudad del Cabo, ante 66.000 espectadores