Turquía, con nueve bajas, busca su cuarto milagro consecutivo ante la tricampeona Alemania

(Libertad Digital) Los alemanes, la síntesis del fútbol fiable, que siempre construyen equipos para ganar, son los máximos favoritos para estar en la final del próximo domingo en el Ernst-Happel Viena. El equipo de Joachim Löw se desperezó cuando le requirieron las exigencias y lo hizo a lo grande, derrotando a Portugal (3-2). No fue una exhibición de buen fútbol, sino de entrega y de máxima efectividad ante la portería rival. Alemania ha mejorado partido a partido después de una dubitativa primera fase, en la que finalizó segundo de su grupo por detrás de Croacia.

 

La fuerza que le da Michael Ballack es fundamental para la suerte del equipo. El jugador del Chelsea aguanta en el centro del campo y es uno de los jugadores con mayor llegada del equipo. Espera resarcirse de una temporada en la que no le han rodado las cosas bien, ya que se ha quedado a un paso de levantar la 'Premier League' y también la Liga de Campeones. Ballack es el paradigma de un equipo creado, no tanto para jugar bien al fútbol sino para ganar.

 

Los alemanes afrontarán este miércoles su sexta semifinal de la máxima competición europea de selecciones con un balance espectacular: cuatro victorias y una sola derrota. Ganó en Bélgica'72, Yugoslavia'76, Suecia'92 e Inglaterra'96. La única que perdió fue en 1988, precisamente cuando jugó en casa ante Holanda, a la postre campeona. Alemania ha levantado el trofeo en tres ocasiones (1972, 1980 y 1996), después de haber jugado dos finales más (1976 y 1992). La primera la perdió en la tanda de penaltis, con el checo Panenka como innovador en los lanzamientos. La segunda, frente al increíble conjunto danés, que tuvo que concentrar a sus jugadores deprisa y corriendo, después de la expulsión de Yugoslavia.

Frente a los turcos, Alemania podría alinear al mismo equipo que derrotó a Portugal con una única variación, la entrada de Torsten Frings por Thomas Hitzlsperger. El centrocampista del Werder Bremen tiene muchas posibilidades de volver al equipo titular tras la lesión que le mantuvo de baja ante Portugal. El once titular de Joachim Löw podría ser el formado por: Lehmann; Friedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm; Rolfes, Frings; Schweinsteiger, Ballack, Podolski; y Klose.

Los turcos esperan su cuarto milagro en esta competición. Después de ganar sobre la campana a Suiza y la República Checa, así como a Croacia en los penaltis, ahora afrontan un salto sin red, porque a la dificultad de medirse a Alemania se encuentran las nueve bajas que lastran sus posibilidades. Sigue suspendido el meta Volkan Demirel, expulsado ante los checos y que cumplirá su segundo partido de sanción, mientras que por acumulación de tarjetas son baja Emre Asik, Tuncay Sanli y Arda Turan. Ahí no acaban los problemas, pues están lesionados Emre Gungor, Servet Çetin, Tumer Metin, Emre Belozoglu y Nihat, que fue fundamental en la victoria ante los checos.

Vistas así las cosas, Terim se plantea poder alinear al tercer portero Tolgan Zengin como jugador de campo, porque en total cuenta con once jugadores de campo y dos porteros, después de que no prosperara la apelación para que le rebajaran la sanción a Demirel. Los turcos se acogerán al estado de gracia del delantero Semih Santürk, del Fenerbahce, quien ya marcó el gol del empate en el triunfo ante Suiza (1-2) y el que forzó el lanzamiento desde del punto de penalti ante Croacia, en un partido en el que los de Terim perdían con el tiempo ya cumplido.

Si es por experiencia, Alemania es favorita en todos los terrenos. Por ejemplo, ha ganado en toda su historia cinco de las seis tandas de penaltis que ha afrontado, pero frente a Turquía, el 'equipo milagro', todo es posible.