L D (EFE) Los incidentes que degeneraron en una guerra campal comenzaron durante el derbi siciliano, adelantado a este viernes debido a que el sábado es la fiesta de Santa Ágata, la patrona local. El partido tuvo que ser suspendido debido a los enfrentamientos en la grada y al lanzamiento de objetos. Se reanudó tras media hora de parón y la victoria del Palermo por 2-1 enardeció los ánimos de los furiosos aficionados del Catania.
La pelea se trasladó a las afueras dle estadio Massimino de Catania. Al parecer, según los medios locales, los enfrentamientos fueron entre hinchas del Catania y la policía y no hubo contacto con los seguidores del Palermo, que varias horas después de acabar el partido aún seguían en el estadio sin moverse.
En los enfrentamientos, un inspector jefe de la policía, Filippo Raciti, fue alcanzado por una carta bomba lanzada por un hincha, cuando se encontraba dentro de un automóvil. Trasladado inmediatamente a un centro sanitario, Raciti, casado y con dos hijos, falleció. Los incidentes se saldaron con un centenar de heridos entre policías e hinchas.
Ante la gravedad de la situación, la Federación Italiana de Fútbol se ha reunido de urgencia en Roma y ha ordenado la paralización del campeonato en todas sus categorías este fin de semana. El comisario extraordinario de la Federación Italiana de Fútbol, Luca Pancalli, se mostró aturdido por los sucedido en Catania, afirmando que "es no es deporte, no se puede más con esa situación (de incidentes entre hinchas), basta". Pancalli agregó que sin medidas "drásticas" contra este tipo de situaciones "no se vuelve a jugar".
El primer ministro italiano, Romano Prodi, expresó su condena por lo sucedido y dijo que compartía la decisión de la Federación, "ya que contra la degeneración del deporte sirven señales fuertes". Prodi expresó su pésame a la familia del fallecido e insistió en la necesidad de adoptar medidas fuertes contra la degeneración en el mundo del deporte. El presidente de la Región de Sicilia, Francesco Mussotto, dijo que se está ante una "situación insostenible" y que es necesario "reflexionar para adoptar medidas severísimas".
En los enfrentamientos, un inspector jefe de la policía, Filippo Raciti, fue alcanzado por una carta bomba lanzada por un hincha, cuando se encontraba dentro de un automóvil. Trasladado inmediatamente a un centro sanitario, Raciti, casado y con dos hijos, falleció. Los incidentes se saldaron con un centenar de heridos entre policías e hinchas.
Ante la gravedad de la situación, la Federación Italiana de Fútbol se ha reunido de urgencia en Roma y ha ordenado la paralización del campeonato en todas sus categorías este fin de semana. El comisario extraordinario de la Federación Italiana de Fútbol, Luca Pancalli, se mostró aturdido por los sucedido en Catania, afirmando que "es no es deporte, no se puede más con esa situación (de incidentes entre hinchas), basta". Pancalli agregó que sin medidas "drásticas" contra este tipo de situaciones "no se vuelve a jugar".
El primer ministro italiano, Romano Prodi, expresó su condena por lo sucedido y dijo que compartía la decisión de la Federación, "ya que contra la degeneración del deporte sirven señales fuertes". Prodi expresó su pésame a la familia del fallecido e insistió en la necesidad de adoptar medidas fuertes contra la degeneración en el mundo del deporte. El presidente de la Región de Sicilia, Francesco Mussotto, dijo que se está ante una "situación insostenible" y que es necesario "reflexionar para adoptar medidas severísimas".