L D (EFE) Diecinueve jugadores –Xavi abandonó la concentración porque no puede disputar el partido por acumulación de tarjetas–, a las órdenes de Luis Aragonés, comenzaron a preparar el duelo del miércoles en Vaduz, un compromiso en teoría fácil y de vital importancia para el equipo español.
El entrenamiento comenzó pasadas las 10:30 de una mañana casi veraniega en Las Rozas con los internacionales españoles convencidos de que superarán con éxito el último partido de la temporada. Luis Aragonés e Iker Casillas fueron los más madrugadores. A las diez y cinco de la mañana ya estaban en el campo principal de la Ciudad Deportiva de la RFEF. Parece que el seleccionador y el capitán quieren dar ejemplo.
Media hora después comenzó la última sesión de trabajo de la selección española antes de viajar a Liechtenstein, con escala en Zúrich. Aragonés tiene prevista este lunes una reunión táctica con sesión de vídeo incluida para que sus hombres sepan más de un equipo de Liechtenstein prácticamente desconocido.
El viaje de regreso está previsto para el jueves a primera hora de la mañana por lo que los internacionales del Real Madrid, Barcelona o Sevilla apenas tendrán tiempo de prepararse para la jornada de Liga del sábado en la que se jugarán el título.