El Sevilla asusta a un inocente Deportivo y deja sentenciado su pase a la final (0-3)

(Libertad Digital) El Sevilla está derribando obstáculos históricos que pueden llevarlo a marcar un hito. Llevaba más de cincuenta años sin ganar en Riazor y 45 si pasar por una final de Copa. Tampoco había triunfado en Europa y apenas ha contado con opciones en los últimos años para estar en la lucha por la Liga, pero en apenas dos años puede superarse a sí mismo en muchos aspectos. Este jueves ha demostrado que puede con todo, pero a un esfuerzo entre semana le está siguiendo un bajón en fin de semana, por lo que la Liga se le puede complicar bastante.

 

Lo que está claro es que en competiciones de eliminación directa es imparable. Su capacidad de mentalizarse para un encuentro determinado es increíble. El Deportivo no tuvo tiempo ni de atarse las botas. El inicio arrollador del Sevilla se tradujo en dos goles antes del minuto 13. Kanouté y Jesús Navas golpearon casi sin separación y los de Caparrós cayeron noqueados al césped. La primera mitad fue un monólogo sevillista, reflejo de la intensa temporada de unos y la irregularidad de otros. Sólo los fiascos ante Munúa evitaron una goleada de escándalo. Capdevila era un coladero por su banda, Alves aparecía por la derecha, por el centro o por donde quería, y si no era él, era Navas el que golpeaba.

 

Apenas pasó apuros en la otra portería Cobeño, un hombre que se está ganando el pan noche tras noche sustituyendo a Palop, el puesto más difícil que tiene el Sevilla para cubrir con garantías, pero que está saliendo a la perfección. El ex canterano del Real Madrid sí que tuvo algún problema más en la segunda parte. La entrada de Taborda, una boya entre los centrales sevillistas, pudo ser el ariete que abriera la muralla la defensa, pero la actuación del portero –eso sí, en contadas ocasiones- evitó el rayo de esperanza que los gallegos buscaron con corazón, pero sin cabeza.

 

El Sevilla se limitó a achicar pelotas y buscar algún contragolpe. En una jugada aislada de Luis Fabiano pudo llegar el tercero, pero cruzó mucho su tiro. Cuando no falló el brasileño fue en un penalti por mano de Andrade. El Deportivo, para entonces, ya había claudicado y el tercer gol sólo es un puyazo más de tranquilidad para el Sevilla, que estará en la final copera con el Barcelona.