L D (EFE) Explicó que fue al partido junto a tres amigos y como acompañante del hijo de su jefe y dijo que entraron al estadio una hora antes de que diera comienzo el derbi porque el ambiente fuera era tenso e iban con niños pequeños. García indicó que cuando empezó el partido, tres chicos se sentaron detrás de ellos y empezaron a insultar a los jugadores del Sevilla. "El ambiente se fue calentando y ellos se fueron acercando más", relató García, quien señaló que el presunto agresor y sus amigos estaban en un estado "muy alterado".
En el descanso, explicó, sugirió a sus amigos bajarse de la fila cinco a la fila cuatro porque no se fiaba de los que estaban sentados detrás. "Tuve la mala suerte de que me dejé las dos botellas que llevaba, una de agua y otra de un refresco, en el asiento", señaló. Cuando llegó el gol del Sevilla, vio pasar por encima de su cabeza una de las botellas, que "no le pegó a Juande Ramos", explicó García, quien dijo que entonces se volvió y vio como el presunto agresor cogió la otra botella y la lanzó. Esta fue la botella que impactó sobre la cabeza de Juande Ramos.
Según dijo García, el presunto agresor "tardó tres segundos en desaparecer del campo", a pesar de que fue visto y señalado por la gente que estaba alrededor, que no logró detenerlo. Asimismo, aseguró que otras muchas personas vieron al agresor, entre ellos los miembros de la orquesta que estaba tocando en la primera fila, a los que, según dijo, también les había estado molestando. García aseguró que es inocente y que no había tirado nada y pidió que se identifique al culpable porque a él le han sacado en las televisiones como presunto agresor.
Además, explicó que cuando vio su imagen en la televisión, se dirigió al cuartel de la Guardia Civil en Écija (Sevilla). Eran las cuatro menos cuarto de la madrugada. Su abogado, Antonio Martínez Camacho, que estuvo a su lado durante la rueda de prensa que García ofreció hoy, explicó que la Policía cree que el presunto agresor es un socio del Betis y ha pedido a Ricardo García, al que consideran "un testigo primordial", que trate de identificarlo. Asimismo, anunció que, cuando se aclaren los hechos, emprenderá acciones civiles y penales para "dejar intactos el honor y la imagen de García, que han sido injustamente tratados".
En el descanso, explicó, sugirió a sus amigos bajarse de la fila cinco a la fila cuatro porque no se fiaba de los que estaban sentados detrás. "Tuve la mala suerte de que me dejé las dos botellas que llevaba, una de agua y otra de un refresco, en el asiento", señaló. Cuando llegó el gol del Sevilla, vio pasar por encima de su cabeza una de las botellas, que "no le pegó a Juande Ramos", explicó García, quien dijo que entonces se volvió y vio como el presunto agresor cogió la otra botella y la lanzó. Esta fue la botella que impactó sobre la cabeza de Juande Ramos.
Según dijo García, el presunto agresor "tardó tres segundos en desaparecer del campo", a pesar de que fue visto y señalado por la gente que estaba alrededor, que no logró detenerlo. Asimismo, aseguró que otras muchas personas vieron al agresor, entre ellos los miembros de la orquesta que estaba tocando en la primera fila, a los que, según dijo, también les había estado molestando. García aseguró que es inocente y que no había tirado nada y pidió que se identifique al culpable porque a él le han sacado en las televisiones como presunto agresor.
Además, explicó que cuando vio su imagen en la televisión, se dirigió al cuartel de la Guardia Civil en Écija (Sevilla). Eran las cuatro menos cuarto de la madrugada. Su abogado, Antonio Martínez Camacho, que estuvo a su lado durante la rueda de prensa que García ofreció hoy, explicó que la Policía cree que el presunto agresor es un socio del Betis y ha pedido a Ricardo García, al que consideran "un testigo primordial", que trate de identificarlo. Asimismo, anunció que, cuando se aclaren los hechos, emprenderá acciones civiles y penales para "dejar intactos el honor y la imagen de García, que han sido injustamente tratados".